Kinshasa. Kivu Norte, en el este de la República Democrática del Congo (RDC) y escenario de sangrientos conflictos, vuelve a ser el centro de las miradas por el recrudecimiento de la violencia. Los rebeldes del M23, que lanzaron una ofensiva el pasado abril, han ganado esta semana terreno al tomar el control de la estratégica ciudad de Goma, capital de Kivu Norte, fronteriza con Ruanda y rica en recursos naturales. Varios informes de las Naciones Unidas señalan a Ruanda, principalmente, pero también a Uganda, como actores en el conflicto en apoyo a los insurgentes, aunque ambos países niegan rotundamente su implicación.
Ayer, el líder del ala política del movimiento rebelde, Jean-Marie Runiga, viajó a Kampala para abordar con el presidente de Uganda, Yoweri Museveni, el actual conflicto. El M23 está formado por soldados congoleños amotinados y supuestamente fieles al rebelde Bosco Ntaganda, buscado por la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de guerra y contra la humanidad. Los rebeldes se sublevaron en abril para protestar por la pérdida de poder que había impuesto el Ejecutivo de Kinshasa a su líder y reclaman nuevas negociaciones con el Gobierno.
Estos días han intensificado su ofensiva y se han hecho fuertes en la ciudad de Goma, donde cientos de policías y soldados entregaron sus armas y se integraron en el grupo insurgente. Fuentes civiles en Goma informaron de que 398 soldados y 232 policías se unieron al M23 en un multitudinario acto celebrado en el estadio de la ciudad el pasado miércoles. Además, los amotinados del M23 liberaron a todos los presos de la ciudad, a quienes incorporaron a sus filas.
"Ya basta con las autoridades de Kinshasa. No les queremos", gritó un alto cargo del M23 durante la operación de alistamiento de los nuevos soldados, que se sumaron a los 2.000 efectivos con los que ya contaban los rebeldes antes de esos reclutamientos. Un total de 31 cadáveres, de los cuales 21 corresponden a civiles y diez a militares de las Fuerzas Armadas congoleñas, han sido recuperados en las calles de Goma y sus alrededores desde que los rebeldes M23 se hicieron con el control de Goma, según un trabajador de una ONG.
Según fuentes de la insurgencia, los rebeldes tienen previsto establecer un Gobierno que administrará la región, tras la huida de las autoridades locales. Ese Ejecutivo estará dirigido por Runiga, mientras que el ala militar lo encabezará Sultani Makenga, jefe del Estado Mayor del Ejército Revolucionario Congoleño (ARC, la nueva denominación del M23).
Nuevas conquistas La amenaza rebelde de ganar más posiciones se tradujo poco después en la conquista de la localidad de Sake, a unos 30 km al oeste de Goma. Sin embargo, las Fuerzas Armadas de la República Democrática de Congo (FARDC), apoyadas por los milicianos Mai Mai, la recuperaron ayer de nuevo. El portavoz de los insurgentes, coronel Vianney Kazarama, explicó que pretenden tomar, en el plazo de una semana, la ciudad de Bukavu, capital de la vecina provincia de Kivu del Sur, y aspiran a llegar en el futuro a Kinshasa, a unos 1.600 km de esa zona.
La fiscal jefe de la Corte Penal Internacional, Fatou Bensouda, advirtió ayer de que el recrudecimiento de la violencia en Kivu Norte es el "fuerte tributo pagado por las víctimas" a causa de la impunidad de que se han beneficiado los perpetradores de abusos en la zona, en especial el exmilitar y comandante del M23 Bosco Ntaganda. La República Democrática del Congo está inmersa aún en un frágil proceso de paz tras la segunda guerra del Congo (1998-2003), que implicó a varios países africanos, y tiene desplegada la mayor misión las Naciones Unidas.