Tel Aviv/gaza. Una columna de humo emergía ayer del autobús de la línea 142 en Tel Aviv. Las ventanillas estaban en parte hechas trizas, las puertas traseras dañadas, el revestimiento plástico se bamboleaba desde el techo. Casi es un milagro que todos los ocupantes del vehículo salieran con vida del ataque perpetrado ayer en la metrópoli israelí. Dos personas se encuentran heridas de gravedad y otras 19 fueron trasladadas a hospitales con lesiones leves.
El atentado no provocó víctimas mortales, pero sí infundió un terror que la población de Tel Aviv no sufría desde hacía más de seis años. Muchas personas lloraban o temblaban de cuerpo entero. La conmoción por el primer gran atentado en la viva metrópoli israelí a orillas del Mediterráneo desde 2006 se leía en el rostro de varios transeúntes. Tras los ataques con cohetes desde la franja de Gaza, ahora también los atentados con bombas. Por la ciudad resonaba nuevamente el ulular de las sirenas de las ambulancias y de los vehículos de policía.
Agentes nerviosos gritaban a los automovilistas en los cortes de las calles. Desde el aire aturdía el sonido de los helicópteros. La angustia se hacía presente en numerosos israelíes. Mientras, la reacción en la franja de Gaza no podría ser más opuesta. En el territorio bloqueado desde hace cinco años, bombardeado por octavo día consecutivo por la Fuerza Aérea israelí, algunos de sus habitantes estallaron en júbilo. Hombres armados dispararon tiros al aire para celebrar cuando los portavoces dieron a conocer la noticia del atentado por la televisión de Hamás con una gozosa sonrisa en el rostro. A través de altavoces de una céntrica mezquita en la ciudad de Gaza también se informó de la explosión y una voz calificó el ataque como "la respuesta natural a los crímenes contra nuestros niños".
El movimiento islámico elogió el ataque, cuya autoría de momento nadie se había adjudicado. "Felicitamos a nuestro pueblo por ese acto heroico", señalaba un comunicado leído por los altavoces de las mezquitas en la Franja de Gaza. Por la televisión se veía cómo los habitantes celebraban repartiendo dulces a las personas que pasaban. Y es que la ofensiva aérea israelí que lleva ocho días y ha dejado al menos 147 palestinos muertos y más de 1.000 heridos está dejando mucha huella en la franja palestina.
"Ataque terrorista" El jefe policial Yohanan Danino declaró que "se trata de un atentado terrorista por medio de la introducción de un explosivo en el interior del vehículo". "Habíamos valorado que además de la amenaza de cohetes podía haber atentados en las grandes ciudades. Existe la motivación y la capacidad de hacerlo", agregó en alusión a la escalada de tensión en la zona. "El suceso se produjo en la Calle Shaul Hamelej y dejó heridos, además de varias personas más con ataques de pánico", explicó por su parte Yeruham Mandola, portavoz de la Estrella de David Roja.
La explosión se produjo en las inmediaciones del Hospital Ijilov de Tel Aviv, al que fueron trasladados los heridos. Según el canal 10, una o dos personas llegaron a entrar al autobús por la puerta trasera y una de ellas lanzó una pequeña carga explosiva en su interior, tras lo cual ambas salieron corriendo del lugar. Se investiga la posibilidad de que uno de los atacantes fuera una mujer ataviada como una embarazada, según declaraciones de testigos. Moti Boksin, portavoz del servicio de respuesta de emergencia Zaka, dijo que un hombre salió corriendo de la zona antes de producirse la explosión. Una persona fue arrestada poco después en Ramat Gan, adyacente a Tel Aviv, aunque no estaba claro que se tratara de uno de los autores.
El de ayer es el primer ataque contra transporte público en Israel desde marzo de 2011, cuando una británica murió y una veintena de personas resultaron heridas por un explosivo situado en una maleta cerca de un autobús en uno de los principales accesos a Jerusalén.