Washington. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, evitó ayer referirse al proceso que rodeó la dimisión de David Petraeus como director de la CIA y pidió esperar a que concluya la investigación que lleva a cabo el FBI. "Me reservaré mi opinión de cómo surgió todo el proceso relacionado con el general Petraeus", manifestó Obama en la primera rueda de prensa tras su reelección, en la que también habló del ataque al consulado estadounidense de Bengasi, de la reforma migratoria y de su propuesta de subir los impuestos a las fortunas más altas.
Obama informó que no le consta que se haya revelado información clasificada que pueda afectar a la seguridad del país en el marco del escándalo por la relación extramatrimonial de Petraeus. "No tengo pruebas en estos momentos, en base a lo que he visto, de que fuera revelada información clasificada que hubiera tenido un impacto negativo de alguna forma en la seguridad nacional", señaló el mandatario. Con todo, Obama subrayó que hay una "investigación en marcha" y dejó claro que su Gobierno trata de no "entrometerse" en algo que está en manos del FBI.
El presidente estadounidense insistió en que la recuperación económica es su primera prioridad. Al respecto, y ante la necesidad de llegar a un acuerdo fiscal con los republicanos antes del 1 de enero, Obama manifestó que la clase media no puede convertirse en "rehén" del problema tributario y del debate sobre la prórroga de los recortes de impuestos, e insistió en que los ricos deben pagar más. "No podemos hacer rehén a la clase media mientras debatimos recortes tributarios para los más ricos", señaló el mandatario, quien reconoció además que debería mejorar sus relaciones con el Congreso.
Obama insistió en que su principal objetivo es lograr la cooperación bipartidista para mejorar la economía. "No hay duda de que siempre podría mejorar, no estoy exento de necesitar una autoreflexión para mejorar nuestra relación", manifestó, aunque agregó que "hay peleas que se deben tener". Obama señaló que espera poder reunirse antes de fin de año con el que fue su rival republicano en las elecciones, Mitt Romney, para "intercambiar ideas" sobre cómo crear empleo e impulsar la economía. Pero dejó claro que "aún no hay nada programado".
En su discurso en la noche electoral, el mandatario invitó a Romney a reunirse para dialogar sobre cómo llevar al país "hacia adelante". Ayer dijo que espera tener ese encuentro con el excandidato republicano antes de que termine el año para intercambiar ideas sobre cómo mejorar la labor del Gobierno, cómo crear empleo, impulsar la economía y aumentar el bienestar de las familias de clase media.
Reforma migratoria Además, Obama mostró su confianza en que se podrá presentar una propuesta de reforma migratoria poco después de que renueve formalmente su segundo mandato el 20 de enero. "Tenemos que aprovechar el momento, mi expectativa es que se presente una propuesta muy pronto después de mi toma de posesión", señaló. En este sentido, reveló que ya han comenzado a darse algunas "conversaciones" entre senadores, congresistas y miembros del equipo de la Casa Blanca "sobre cómo se haría". Según Obama, en vista de la importancia del voto latino en las elecciones, cabe esperar que la oposición republicana "reflexione sobre su postura en reforma migratoria".