MADRID. Tras una campaña reñida hasta el límite, Obama ha obtenido la confianza del pueblo estadounidense para gobernar durante cuatro años más, pese a que su gestión económica ha sido su principal 'talón de Aquiles' casi hasta el final.
El principal reto que tiene ante sí, según los analistas, es lograr un acuerdo en el Congreso para evitar el llamado "precipicio fiscal", unos aumentos impositivos y recortes de gastos de 600.000 millones de dólares que entrarían en vigor en 2013, lo que tendría efectos catastróficos.
Este miércoles mismo, la agencia de rating Fitch afirmaba que, si Obama no frena estos recortes y aumenta el techo de deuda, la economía estadounidense se verá abocada a una "innecesaria y evitable recesión", además de a un aumento del paro por encima del 10 %.
De manera que para evitar la recesión y el desempleo, EEUU -según Fitch- debe aumentar su techo de gasto por encima de los 16,39 billones actuales.
Si no lo consigue, dicen los expertos, EEUU perderá la máxima calificación crediticia, la 'AAA', en tanto que si logra un acuerdo podrá afianzar la recuperación y elaborar un plan creíble de consolidación fiscal.
Si ésta es la medida apropiada para el gigante económico, ¿porque no se aplica la misma receta para las economías europeas, ahogadas por el recorte en el gasto público y la falta de inversión?, se preguntan los analistas.
Las respuestas son varias. Para Santiago Carbó, catedrático de Economía y Finanzas de la Bangor Business School (Reino Unido), el principal problema es la credibilidad que inspira EEUU en los mercados, lo que le capacita para caminar por la senda del gasto sin hacer tambalear a los mercados.
En Europa, la situación es distinta. "No tenemos un modelo de moneda única completa, lo que nos obliga a mantener equilibrios difíciles. Por tanto, nunca vamos a ser creíbles si España, Italia o Grecia siguen gastando sin control. Son países que no han resuelto la crisis y que siguen teniendo problemas muy graves", ha apuntado en declaraciones a EFE.
Carbó opina, por tanto, que "Europa no puede renunciar a la austeridad", aunque sí debería combinarla con una estrategia para el crecimiento. "Ésto es lo que Estados Unidos reclama a Europa".
El analista de Renta 4, David González, coincide en destacar a Obama como un defensor de combinar la austeridad con políticas que impulsen el crecimiento, por lo que cree que EEUU seguirá "ejerciendo de contrapeso a la defensa a ultranza de la austeridad de la canciller alemana Angela Merkel, algo que también beneficiaría a España".
De momento, la imposición de los recortes en Europa está lejos de atenuarse, pese a que, como opinan los expertos, estas medidas provocan un agravamiento de la recesión y la destrucción de empleo.
Precisamente hoy, la Comisión Europea (CE) rebajó sus previsiones de crecimiento para la zona euro y pronosticó una contracción del Producto Interior Bruto (PIB) del 0,4 % para este año y un tímido avance del 0,1 % para 2013.
Para España, la CE prevé una contracción del 1,4 % este año y el próximo, estimaciones peores de las que tiene el Gobierno español, lo que podría abrir la puerta a que se considere una relajación en la senda de reducción del déficit.
En los últimos meses, la Comisión Europea ha tomado conciencia de la importancia de que el camino del ajuste no sea muy brusco, por las consecuencias perniciosas que genera.
Hoy mismo, el vicepresidente económico de la CE, Olli Rehn, pidió a Obama y a todas las fuerzas políticas del país que conviertan en su prioridad el alcanzar un pacto para evitar el llamado 'precipicio fiscal'.
Para Rehn es importante que EEUU fije un ritmo sostenido de consolidación fiscal, en lugar de una caída brusca, "tanto por el bien de los propios Estados Unidos como por el de la economía mundial".
Sin embargo, han comenzado a surgir voces que piden que también en España el ritmo de recortes sea más pausado. "Es importante que ajustemos las cuentas con un compromiso firme y creíble, pero también que no nos pasemos", indica Santiago Carbó.
"Si nos obligan a reducir aun más el gasto publico, y a abrazar más austeridad sin una compensación, entonces España estará peor dentro de un año", concluye.