Washington. El presidente estadounidense, Barack Obama, y su rival republicano, Mitt Romney, entran esta semana en la recta final de la campaña electoral rumbo a la Casa Blanca con el huracán Sandy, que ha dejado 57 fallecidos a su paso por el Caribe, como protagonista absoluto. Su llegada se espera para hoy a la costa noreste de Estados Unidos, lo que ha obligado tanto a ambos a suspender actos de campaña y reorganizar la agenda electoral. Romney decidió cancelar todas las actividades que tenía previstas ayer en Virginia y dirigirá sus últimos esfuerzos antes de las elecciones del 6 de noviembre a Ohio.
Obama tampoco pedirá el voto en Virgina y ha cancelado un evento mañana en Colorado, otro de los estados junto con Virginia y Ohio en los que deshacer el empate técnico de las encuestas será clave para decidir quién será el próximo presidente de Estados Unidos. La campaña del presidente demócrata aún mantiene otro acto en Wisconsin mañana, aunque el mandatario sigue de cerca la evolución del huracán y podría cancelar definitivamente también ese mitin.
El huracán Sandy, que se espera que impacte con fuerza hoy y mañana en la costa noreste estadounidense, en estados como Virginia, Maryland, Nueva Jersey y Nueva York, ha dado al traste con los planes de intensificar la campaña los últimos días en los estados decisivos de estas eleciones, los que aún no se inclinan por uno u otro candidato. En Ohio, un estado que suele funcionar como un oráculo: quien gana ahí llega a la Casa Blanca, las encuestas dan una ligera desventaja a Romney respecto al mandatario demócrata. Una encuesta de CNN señaló el sábado que Obama contaba con el 50% del apoyo del electorado, mientras que su rival se situaba por detrás con el 45%. Mientras, en Virginia, el mandatario encabeza ayer un sondeo del diario The Washington Post, con el 51% de respaldo frente al 47% que obtenía el candidato republicano.
El huracán se deja sentir Las primeras lluvias, inundaciones y fuerte oleaje provocados por Sandy llegaron ayer a las costas de Carolina del Norte, Virginia y Maryland, que se preparaban concienzudamente para enfrentearse a la tormenta, que se intensificará hoy. "Estamos bajarando un impacto por encima de las 50 a 60 millones de personas afectadas", indicó ayer Louis Ucellini, responsable de la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de Estados Unidos (NOAA). Nueve estados, desde Carolina del Norte hasta Massachusetts, declararaon el estado de emergencia de manera previa para iniciar las preparaciones ante la tormenta y pidieron a sus residentes que acumulen agua embotellada, baterías y alimentos.
La ciudad de Ocean City, en el estado de Maryland y que ayer registraba ya inundaciones, anunció la evacuación obligatoria de zonas costeras vulnerables. Más de 700 vuelos fueron ayer cancelados y unos 2.500 aviones se quedarán en tierra hoy, especialmente en los aeropuertos internacionales de Washington-Dulles, Filadelfia y Newark.
En la ciudad de Washington ya empezaba a escasear ayer el agua embotellada y las baterías en algunos supermercados, mientras la gente se preparaba para una tormetna que podría fectar a escuelas, oficinas o sedes de gobierno. Las estimaciones de simulación por ordenador adelantan que el ojo de huracán, que tocará tierra con cateroría 1, pasará las últimas horas de hoy ante las costas de Delaware, en el sur de Nueva Jersey, continuará al norte de Baltimore (Maryland) y se dirigirá al estado de Pensivlania.