Edimburgo. Tras la firma del acuerdo entre Londres y Edimburgo, el primer ministro escocés, Alex Salmond, compareció ante los medios para valorar un documento que definió desde el principio como "crucial e histórico". El político nacionalista aseguró que el acuerdo es una "oportunidad para mejorar el futuro de Escocia". También recalcó el hecho de que, a excepción del número de preguntas en la papeleta, todos los detalles del referéndum serán decididos al norte de la isla. Salmond dejó claro que su objetivo es trabajar para "construir una buena relación entre las dos partes y un mejor futuro como nación".

Precisamente, el líder del ejecutivo nacionalista remarcó que "el gobierno tiene una visión ambiciosa para Escocia: un país europeo próspero y exitoso. Una nación nueva e independiente en el mundo". Además, dijo creer "en la independencia" y se mostró convencido de que "seremos capaces de persuadir a los escoceses de los beneficios económicos y sociales del "sí" en el 2014". Este es uno de los grandes retos que tienen ahora los nacionalistas. Los últimos datos sitúan los favorables a una separación completa en el 28% mientras que el 53 % de los habitantes votarían en contra. Unas cifras a las que los nacionalistas tendrán que dar la vuelta en estos dos años. Sin embargo, Salmond se mostró confiado: "creemos que podemos ganar la consulta, y convencer a la gente de que la independencia es la mejor futuro posible". A este respecto, señaló que el camino es "ganar primero con los argumentos, para ganar las elecciones y el referéndum".

El político nacionalista dejó claro que la "hoja de ruta" que su gobierno presentará en el Parlamento "marcará distancia" entre los argumentos de su formación, el Partido Nacional Escocés (SNP, en inglés) y la independencia. "Será el día después del Sí cuando comiencen las negociaciones entre partidos para establecer cosas como la constitución o el funcionamiento del estado", insistió Salmond. Sobre la influencia que la Comisión Electoral podría desempeñar en el proceso de independencia, el primer ministro precisó que su misión era "aconsejar" mientras que será el Parlamento Escocés el legisle los detalles de la consulta que se realizará en 2014. Por su parte, a preguntas de los periodistas, Salmond dio su visión sobre el movimiento independentista en Catalunya. El líder nacionalista mostró su apoyó pero subrayó que "Escocia no es ningún otro país y aunque estamos interesados, no vamos a interferir en los movimientos de otras naciones".