Berlín. El Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) lanzó ayer a la lucha por la cancillería a Peer Steinbrück, ministro de Finanzas en la primera legislatura de Angela Merkel, con el desafío de devolver a Europa al terreno del "equilibrio social". Peer Steinbrück fue el "mejor ministro de Finanzas" y será "el mejor canciller" tras las legislativas de 2013, apostó al anunciar su designación el líder del SPD, Sigmar Gabriel. Merkel representa "el fracaso de la política social", tanto para Alemania como para Europa, y el objetivo ahora es volver a la senda de la "política social", manifestó Steinbrück durante la comparecencia conjunta con Gabriel y el líder del SPD en el Parlamento, Frank Walter Steinmeier.

La decisión a favor del experto en finanzas puso fin al largo litigio entre una troika de aspirantes -el propio Gabriel, Steinbrück y Steinmeier- y colocó al SPD en situación de precampaña ante las legislativas, que se celebrarán el próximo otoño. La renuncia de Steinmeier a competir de nuevo contra su exjefa -fue el candidato del SPD en las elecciones de 2009 tras haber sido ministro de Exteriores con Merkel en la legislatura anterior- precipitó el anuncio, aunque este se daba ya por cantado desde hacía semanas.

"Al final, Helmut Schmidt siempre tiene razón", admitió Gabriel, en alusión al pronóstico hecho a favor de Steinbrück, un año atrás, por el veterano excanciller, quien a sus 94 años sigue siendo una voz vigorosa en la política alemana, dentro y fuera del SPD. Merkel se enfrentará una vez más a uno de sus exministros de la primera legislatura y, como asimismo fue el caso de Steinmeier, con un socialdemócrata con el que trabajó en armonía en su periodo de gran coalición, entre la legislatura de 2005-2009.

Carácter Steinbrück, de 65 años, es el prototipo de experto en Finanzas que no irradia simpatía ni lo pretende, lo que paradójicamente no revierte en su contra en la apreciación del alemán medio, ya que se le valora por su probada competencia en la materia.

La designación del candidato será sometida a un congreso del SPD, a celebrarse a principios de diciembre en Hannover (centro), capital del estado de Baja Sajonia y estado originario de otro excanciller socialdemócrata, Gerhard Schröder (1998-2005). Así como Merkel aspira a la reelección y a la reedición de su actual alianza de gobierno con el Partido Liberal (FDP), Steinbrück no dejó la menor duda de que su propósito no es repetir la experiencia de la gran coalición. Por armonioso que fuese su trabajo con Merkel, el objetivo de Steinbrück es reconquistar la cancillería con los Verdes como aliados, la misma constelación con la que Schröder llegó al poder en 1998, y con la que gobernó hasta ser derrotado por Merkel en 2005.

"Estilo Schröder" Steinbrück avanzó ya que se propone liderar al SPD en su campaña en el "mejor estilo Schröder". Es decir, en el estilo algo agresivo, pero con garra entre el electorado que caracterizó a ese político. Hoy por hoy, las encuestas apuntan a una clara superioridad de Merkel frente al que será su principal rival en las legislativas, en tanto que candidato del primer partido de la oposición. La popularidad de la canciller alemana entre sus conciudadanos parece a prueba de toda crisis o incluso crece, mientras otros líderes europeos flaquean, en la medida en que se la identifica como la solidez en aguas revueltas.

Un sondeo difundido esta semana señalaba que, en caso de elección directa, un 50% de los alemanes optaría por Merkel, frente al 28% que lo haría por Steinbrück. Esta aparente desventaja de partida se atribuye, en parte, a que el SPD no había definido a su candidato y a que los sondeos se planteaban como un casting entre el trío de aspirantes. La pugna entre los tres se conocía irónicamente en Alemania como "los Stones contra Siggi Pop", en alusión a los dos Stein -piedra en alemán-, más el apodo con que se conoce aún a Sigmar Gabriel, en sus tiempos al frente del apartado de cultura y música del SPD.