nueva york. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, realizó ayer un nuevo llamamiento a palestinos e israelíes para trabajar en favor de una solución pacífica al conflicto en Oriente Medio.
"Entre israelíes y palestinos, el futuro no debe pertenecerle a aquellos que le dan la espalda a la perspectiva de la paz", dijo el mandatario en su discurso durante la jornada inaugural de la Asamblea General de la ONU. "Dejemos atrás a aquellos que se crecen con el conflicto y a aquellos que rechazan el derecho a la existencia de Israel", pidió. "El camino es duro pero el destino está claro: un Estado seguro, judío, de Israel y una Palestina independiente y próspera", agregó. Según indicó, resulta imprescindible comprender que un acuerdo de paz de ese tipo sólo puede lograrse mediante un acuerdo "justo" entre las dos partes en conflicto, y aseguró que Estados Unidos "caminará junto todos aquellos que estén listos para hacer este viaje". Las palabras que Obama dedicó ayer al conflicto palestino-israelí en su discurso de media hora fueron notablemente cortas.
Todo ello cuando el mandatario no ha dejado aún atrás del todo las críticas que provocó su decisión de no reunirse esta semana, aprovechando su estancia en Nueva York o incluso en Washington, con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Este hecho ya ha sido ampliamente aprovechado por la oposición republicana que, cuando la cita para las elecciones presidenciales se cuenta ya por semanas, han acusado al presidente y candidato demócrata de realizar un nuevo desaire al principal aliado estadounidense en la región.
En general, la relación de Obama y Netanyahu -no es un secreto la falta de sintonía entre ambos políticos- ha sido un arma arrojadiza en esta campaña electoral, casi incluso la principal baza republicana en sus críticas a la política exterior del actual inquilino de la Casa Blanca. Los demócratas ya dieron un traspiés cuando, en su convención nacional en Charlotte, Carolina del Norte, a comienzos de mes, dejaron fuera de su "plataforma" política una mención a Jerusalén como "capital de Israel".