Maysoun Qawasmi dirige la oficina de la agencia de noticias Wafa en Hebrón y recientemente ha decidido dar un paso más allá en su lucha por la igualdad entre géneros presentando una lista exclusiva de mujeres a la alcaldía. Se llama Mediante la participación, podemos, y su objetivo es conseguir al menos tres asientos de quince en la ciudad más poblada, tradicional y religiosa de Cisjordania. De 200.000 habitantes, 59.000 posibles votantes deberán elegir el 20 de octubre entre siete listas en unas elecciones municipales que no se celebran en Hebrón desde 1976.

¿Por qué dedica su vida a luchar por los derechos de las mujeres?

Ya en Jordania, de adolescente, era activista voluntaria en los campos de refugiados de Al Wihdat y Baka. Pero en Palestina el reto es mayor, porque tenemos que resistir la ocupación; los toques de queda no distinguen entre hombres, mujeres y niños, y esto es lo que me hizo pensar que nosotras también debíamos alcanzar el nivel de toma de decisiones.

¿Y por eso ha presentado una lista formada solo por mujeres en la ciudad más tradicional de Cisjordania?

Sí, no hay ninguna ley que lo prohíba. Existe una ley desde 2004 que asegura una cuota de mujeres en los resultados electorales. Y en cuanto al Corán, lo conozco muy bien y en ningún momento dice que las mujeres estemos excluidas de la toma de decisiones.

¿Tuvo muchos problemas para formar la lista?

Muchos. Conozco a muchas mujeres muy profesionales y con conocimientos políticos, pero cuando les propuse unirse a la lista me dijeron que sus maridos no les dejaban presentarse a las elecciones. Me decían: "¿Quieres buscarme el divorcio?". Y yo les contestaba: "Habla con tu marido primero, intenta hacerle entender". Encontré una mujer increíble, pero le hizo presión su propio partido. Otras mujeres tienen miedo a fracasar, a cómo les mira la sociedad, a no encontrar con quién casarse. Una de las razones por las que no hay apenas mujeres trabajando en el Ayuntamiento es porque no tienen mujeres con las que hablar y no quieren estar solas entre hombres. Y a ellas les digo que no vamos a ir allí a trabajar en bikini, sino de una manera respetable y profesional.

Finalmente, ¿quiénes forman parte de su grupo?

Somos once y tenemos muchas historias exitosas: varias periodistas, varias activistas políticas, una abogada, profesoras e incluso una ingeniera y una mujer de negocios.

Si alcanza un poder de decisión adecuado, ¿qué va a hacer su grupo por Hebrón?

En Hebrón no tenemos parques donde los hombres y mujeres se puedan mezclar; nos tenemos que ir al poblado de al lado. No hay ninguna ley escrita, pero son mentalidades que se tienen que cambiar. Incrementaríamos las escuelas; necesitamos nueve aulas nuevas al año porque la población crece muy deprisa. Necesitamos clubs para mujeres. Soy la presidenta del Club de Deportes para Mujeres en Hebrón, ahora cerrado porque no se permitió que nuestras hijas vinieran a jugar al fútbol. Quise hacer un equipo de chicas y se armó tanto revuelto que acabé siendo mencionada en el sermón de la mezquita del viernes.

¿Tomaría alguna decisión respecto a la mejora de las condiciones de los palestinos que viven en el área H2 (la Ciudad Vieja bajo el control del ejército israelí y de los colonos)?

Intentaría cambiar los acuerdos con Israel sobre Hebrón. El que se firmó tras los acuerdos de Oslo solo contiene dos o tres artículos sobre la tierra; el resto está sin concretar e Israel campa a sus anchas. Sé que no es fácil y que necesitaría apoyo de Europa o de Estados Unidos, pero lo intentaría. Las mujeres que viven en la Ciudad Vieja, a las cuales admiro, sufren especialmente. Tanto hombres como mujeres están expuestos a los ataques de los colonos; pero las mujeres son vulnerables a más agresiones, y muchas de ellas no van a la universidad porque sus horarios les obligan a volver cuando ya ha anochecido.

¿Cómo ha sido recibida su propuesta electoral en la sociedad de Hebrón?

Muchos se han quedado sorprendidos, pero otros la han acogido muy bien. Algunos partidos políticos se han lamentado delante de mí por haber perdido la oportunidad de hacer algo como lo que he hecho yo. Por otro lado, las familias son muy importantes en las elecciones, y los Qawasmi somos 14.000. Antes de hablar con los palestinos tienes que hablar con tu familia, especialmente en Hebrón. Y la mayoría me ha confirmado su apoyo. Sé que hay muchas mujeres esperando a tener una representación política que les entienda para hacer sus demandas. Aunque, en todo caso, siempre digo que necesitamos a todos los sectores de la sociedad unidos, hombres mujeres, niños, mayores, para caminar hacia el cambio juntos.