candidato a vicepresidente de EE.UU.

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Es un hombre alegre, simpático y deportista, pero sobre todo es un republicano conservador de línea dura: Paul Ryan podría convertirse en uno de los vicepresidentes más jóvenes de la Casa Blanca, si su partido ganara las elecciones presidenciales del próximo noviembre. Pero la pregunta ahora es si está preparado para ello.

Las mujeres se fijan sobre todo en sus intensos ojos azules, que dan una mirada despierta y simpática al político de 42 años, favorito del Tea Party. Y es que Ryan, que en noviembre concurrirá al lado del exgobernador de Massachusetts, tiene un aspecto de joven pícaro. Pero, tras esa fachada de simpatía, se esconde un congresista conservador de la línea dura, que podría dar algunos problemas al actual presidente y candidato demócrata, Barack Obama, en la campaña electoral.

El mayor honor recibido a pocos días de su nombramiento como compañero de Romney se lo dio el diario conservador The Wall Street Journal, que presentaba así a la nueva estrella política: "El tipo cree realmente en algo". "Representa a la nueva generación de reformistas en el partido", añadía el diario, comparándolo con el expresidente Ronald Reagan. "Como Reagan, tiene una sencilla simpatía y la serenidad de un estadounidense del medio oeste", apuntaba el periódico en la mayor alabanza que puede imaginarse un político conservador.

El católico de origen irlandés de Janesville (Wisconsin) estudió Política y Economía en Ohio. El senador Robert Kasten se quedó tan impresionado en una ponencia que lo nombró asesor de política económica. Y ahí comenzó una vertiginosa carrera que lo llevó de becario en el Congreso a candidato a la vicepresidencia. Con sólo 28 años fue elegido diputado por Wisconsin. Caza, pesca y es tenaz. A ver qué logra...