"Prefiero perder por diez puntos y saber que lo intentamos todo para ganar", dijo el analista político Steve Schmidt al senador John McCain días antes de elegir a la entonces desconocida gobernadora de Alaska, Sarah Palin, como pareja de baile para las presidenciales del 2008. Su jefe de campaña creía que Palin era el revulsivo necesario ante el imparable y carismático senador demòcrata de Illinois, Barack Obama. La jugada, però, salió muy mal. La inexperiencia de Palin terminó de hundir las pocas posibilidades de McCain. Con este recuerdo muy presente, el nuevo aspirante republicano a la Casa Blanca, Mitt Romney, quiere evitar por todos los medios repetir el mismo error y, por eso, lleva meses estudiando una lista de candidatos posibles a la vicepresidencia.

El rival del presidente Obama este noviembre apuesta por un candidato sólido con experiencia y preparado para gobernar, que sume en lugar de restar. Los nombres de tres hombres han alcanzado el podio de la lista: el senador de Ohio, Bob Portman; el ex gobernador de Minnesota, Tim Pawlenty, y el gobernador de Luisiana, Bob Jindal. Esta es la opinión una mayoría de los medios y asesores políticos estadounidenses. De hecho, algunos se atreven a decir que el elegido será Bob Portman o Tim Pawlenty. Romney podría anunciar su compañero de ticket electoral una vez finalicen los Juegos Olímpicos de Londres y dos semanas antes del inicio de la Convención Republicana en Tampa, Florida. En un principio, se había rumoreado que lo haría esta semana pasada para desviar la atención de los ataques contra su gestión como presidente de la empresa inversora Bain y su negativa de realizar una presentación más extensa de su declaración de impuestos. El anuncio, pero, deberá esperar ya que el candidato republicano se marcha el martes de gira internacional, con escalas en Israel, el Regno Unido y Polonia. Además, sus asesores están en contra de revelar el nombre del candidato a la vicepresidencia durante la celebración de las Olimpiadas porque quieren buscar el mayor impacto posible.

Experiencia contrastada Portman, Pawlenty y Jindal encajan con el tipo de vicepresidente que quiere el aspirante republicano. Los tres serían aceptados por las bases más conservadoras del partido y los seguidores del Tea Party, que aún desconfían de las posiciones políticas de Mitt Romney. Además, cada uno de ellos le ayudaría a captar votos en diferentes segmentos de la población y estados.

Ohio puede tener, un año más, la clave de las elecciones presidenciales. Por ello, el senador de ese estado, Bob Portman, puede ser un gran activo para Mitt Romney. Además, su perfil centrista y su larga experiencia en Washington puede atraer votos independientes. Su gran problema es haber trabajado por el gobierno de George W Bush, un presidente poco valorado por la población estadounidense.

Tim Pawlenty es el otro candidato con más números. El ex gobernador de Minnesota tiene una muy buena relación con Romney y sus credenciales conservadoras movilizarían al votante más religioso. Además, este hijo de camionero ayudaría Romney, acusado de elitista por sus detractores, a conectar con votantes de clase obrera. La única desventaja, pero importante, es que no emociona las bases. De los tres favoritos, Bobby Jindal es quien tiene menos posibilidades. Sin embargo, el gobernador de Lousiana, que sería el primer candidato vicepresidente indio, admirado por su trabajo como congresista primero y gobernador después. Sus contras son dos: apoyó al gobernador de Texas, Rick Perry, durante las primarias republicanas; y los votantes aún recuerdan su nefasto discurso de réplica al del Estado de la Nación del presidente Obama de 2009.