brasilia. El periódico local Estado de Minas relata las torturas sufridas por la presidenta brasileña Dilma Rousseff cuando era guerrillera y fue detenida en la década de los 70, cuando tan solo tenía 16 años. Rousseff detalló hace 11 años las descargas eléctricas, simulacros de fusilamiento y palizas -en una de ellas perdería un diente- a un comité de Derechos Humanos. "Quedé presa tres años. El estrés es feroz, inimaginable. Descubrí por primera vez que estaba sola. Encaré la muerte y la soledad (…) Las marcas de la tortura soy yo. Son parte de mí", declaró la presidenta ante el citado comité. La presidenta ha contado como la bofeteaban y la sometían al "pau de arara" o "palo del loro", que consiste en atar al preso a una vara con las piernas y manos dobladas para recibir golpes de forme indiscriminada. "La gente no aguanta mucho tiempo" contó la mandataria.
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