Beirut/Estambul. Los rebeldes sirios se retiraron ayer del pueblo de Al Haffa, donde desde hace una semana se combatía de forma intensa, informaron miembros de la oposición presentes en la zona. Un gran número de civiles, entre ellos varios heridos, salieron junto con los combatientes durante la noche de la localidad de la provincia de Latakia. Las tropas del gobierno bombardeaban intensamente y habían rodeado la localidad, de unos 30.000 habitantes, desde el pasado martes.
Según la oposición, en los combates se usaron helicópteros, tanques y misiles. "Nos hemos decidido a una retirada táctica para evitar víctimas entre los civiles", dijo el dirigente rebelde Riad al Asaad.
Al Haffa se encuentra a casi 50 kilómetros de la frontera con Turquía en los alrededores del puerto de Latakia. Los observadores de la ONU intentaron llegar a Al Haffa pero no pudieron, porque un grupo de desconocidos los atacó con piedras y palos, según informó Naciones Unidas.
La televisión estatal siria afirmó que los vehículos de los observadores habían atropellado a tres civiles que querían pararlos para contarles "cómo eran aterrorizados por bandas armadas". Los grupos de derechos humanos temen ahora una nueva masacre en Al Haffa.
Mientras, el régimen de Damasco se negaba a reconocer que haya una guerra civil en Siria, "lo que no se adecúa a la realidad" porque, en su opinión, lo que hay es un conflicto con grupos armados "que han elegido el terrorismo para lograr sus objetivos".