El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, alertó ayer de que el peligro de guerra civil en Siria es "inminente y real", al tiempo que afirmó que el Gobierno de Bachar Al Asad "ha perdido toda la legitimidad". Apremió también al Gobierno sirio a que deje trabajar sin trabas a los observadores de la ONU y confirmó que uno de los vehículos de los cascos azules desarmados recibió un disparo cuando se dirigía a la localidad de Morek, después de que les impidieran entrar Al Qubeir, escenario el miércoles de una nueva matanza. El jefe de la misión de observadores de la ONU, el general Robert Mood, afirmó que algunos soldados y civiles sirios impidieron su entrada a la aldea de Al Qubeir, pero que el grupo "intentara de nuevo" una visita.