Vitoria. Los resultados de las elecciones en Grecia y Francia apuntan a un rechazo de los ciudadanos europeos a las políticas de austeridad impulsadas hasta ahora por el eje franco-alemán de Merkozy. El mismo día que se celebraban estos comicios, la canciller alemana veía cómo los partidos de su coalición de centroderecha sufrían una nueva derrota regional en las elecciones de Schelewing-Holstein, al contrario que la formación socialdemócrata, los verdes y el Partido Pirata, que mejoraron sus resultados. En Francia, el socialista François Hollande ganó el domingo con promesas de un cambio de rumbo en Europa hacia la introducción de políticas de crecimiento; mientras, en Grecia, los partidos tradicionales, los únicos favorables a las políticas de austeridad dictadas por Bruselas, sufrían una sangría de votos.
Según los resultados, solo el 32% de los griegos ha votado a partidos a favor de la austeridad, mientras que el 68% ha apoyado a formaciones que están en contra de los recortes y el rigor. "Hay un rechazo claro a que solamente se hable de austeridad, que los únicos que paguen la crisis sean las personas de clase media, clase trabajadora, los más desfavorecidos, los inmigrantes, que se toquen las política sociales y no otro tipo de políticas o medidas", valora Igor Filibi, profesor de Relaciones Internacionales de la UPV/EHU. "También creo que hay un componente de hartazgo, de insatisfacción y de descontento con la clase política tradicional, se ve cómo hay cada vez más gente que está empezando a votar por opciones que se salen del sistema establecido, ya sea de la extrema izquierda o la extrema derecha. Y eso también es común tanto a Francia como a Grecia como a otros países europeos", agrega.
Éste ha sido el caso de Grecia, donde partidos ultraderechistas, extremistas de izquierda, comunistas y hasta una formación neonazi han ingresado en el Parlamento. Un resultado que preocupa especialmente a la Unión Europea, al poner en peligro los ajustes que Grecia se comprometió a hacer, como los recortes por valor de 11.500 millones de euros o el despido de otros 150.000 funcionarios de aquí a 2015. "Hay que tomarse en serio lo que ocurre en Grecia, también a nivel europeo. Creo que es un mensaje muy importante para las instituciones europeas y para la propia Merkel, de que solamente con austeridad y exprimiendo de tal manera a los estados no se va a ninguna parte; por un parte, ni se recupera la economía y, por otra, la gente empieza a creer menos en el sistema democrático", advierte Filibi.
Cambio de Rumbo en Europa Europa tiene cada vez más peso en las elecciones de los diferentes países. "La gente empieza a ser consciente de que las elecciones francesas no han sido solo elecciones francesas. Los problemas franceses no son estrictamente franceses sino que se comparten con otros países europeos y la mayor parte de las respuestas también tienen que ser compartidas a nivel europeo", señala el profesor de la UPV/EHU. Hollande, para quien su triunfo electoral supone "un cambio de rumbo en Europa", viajará a Alemania una vez haya asumido la presidencia francesa el próximo día 15. Allí le recibirá una Merkel que ya le advirtió ayer que el pacto fiscal europeo no es renegociable.
El político socialista francés quiere proponerle a la canciller alemana una reforma del tratado europeo firmado el pasado mes de marzo que incluya medidas de reactivación económica como contrapeso al rigor presupuestario. "Ambas partes están dispuestas a buscar un compromiso pragmático y viable para lograr el objetivo común de la estabilización del euro", manifestó al respecto el ministro de Exteriores alemán, Guido Westerwelle. Quedan por delante semanas de negociación, en las que Hollande y Merkel deberán acercar posturas. "Alemania lanza mensajes un poco contradictorios. Por una parte, dice que el pacto fiscal es intocable e innegociable, pero, por otro lado, miembros del gabinete y asesores de Merkel empiezan a decir que ellos no se han negado nunca a hablar de crecimiento. Creo que están lanzando guiños a Hollande de que sí puede haber entendimiento. Merkel sabe que tendrá que flexibilizar su postura y Hollande sabe que puede arrancarle cambios a Merkel, pero no girar radicalmente", opina Igor Filibi.
Además del pacto fiscal, Hollande y Merkel discrepan sobre el papel que debe tener el Banco Central Europeo. El socialista francés opina que debe tener un papel más activo, postura a la que se opone la canciller alemana. Merkel tampoco quiere saber nada de los Eurobonos, mientras que Hollande sí. "Hollande, probablemente, se alíe con la Comisión Europea, que también está interesada en quitar un poco de poder al eje franco-alemán,
que la política en Europa no se haga entre dos y que el resto luego firmen el papel, sino que se vuelva a un esquema comunitario, en el que la Comisión Europea tenga cierto liderazgo. Si Hollande y la Comisión Europea son capaces de crear ese tándem van a poder aglutinar a otros países que empezaban a estar preocupados por la política solo de austeridad que proponían Sarkozy y Merkel", explica el profesor de la UPV/EHU.
Cumbre extraordinaria El presidente del Parlamento Europeo, el socialista alemán Martin Schultz, fue el primero en reaccionar a la victoria de Hollande en Francia. "Es el momento de un cambio de dirección en Europa", valoró ayer. Además, Hollande se reunirá con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, para discutir una agenda basada en el crecimiento y el empleo en Europa. Para empezar, Bruselas espera al socialista francés con una cumbre extraordinaria, que se celebrará a finales de este mes o principios de junio y en la que se tratará de buscar medidas concretas para estimular el crecimiento.
Durao Barroso ha manifestado ya que comparte con Hollande gran parte de sus ideas de campaña respecto a Europa. "Compartimos la convicción de que debemos invertir en el crecimiento y las principales redes de infraestructura, la movilización con más fuerza el Banco Europeo de Inversiones y los fondos disponibles en el presupuesto de la UE, manteniendo al mismo tiempo el camino de la consolidación fiscal y reducción de la deuda", asegura Barroso.
El presidente electo de Francia ha propuesto durante su campaña electoral lograr el equilibrio presupuestario de su país en el año 2017, para lo que ha anunciado un paquete de estímulo económico de 20.000 millones de euros, que incluye entre otras medidas impuestos de hasta el 75% para las rentas superiores al millón de euros.
En el ámbito económico, las principales bolsas europeas cerraron ayer en positivo la jornada y se recuperaron así de los descensos que habían provocado las primeras horas del día el miedo a un cambio de rumbo en las políticas comunitarias. Mientras, los mercados asiáticos, por su parte, cayeron en medio de los temores sobre el futuro de la crisis de la deuda en Europa. Por su parte, la agencia de rating Standard & Poor's aseguró ayer que las posibilidades de una rebaja de la nota de Francia siguen siendo las mismas que antes de las elecciones presidenciales.