Kabul. Siete personas murieron ayer y 17 más resultaron heridas en un ataque suicida talibán contra un complejo frecuentado por extranjeros, en una incursión perpetrada en respuesta a la visita el martes a Kabul del presidente de EEUU, Barak Obama. "Al saber que Obama venía a Afganistán, nos preparamos para ejecutar esta operación. Este ataque ha tenido lugar por su llegada y la venta de nuestro país a los estadounidenses", dijo a las agencias por teléfono el principal portavoz insurgente, Zabiulá Muyahid.

El ataque fue llevado a cabo por tres talibanes que se aproximaron a un recinto, Green Village, en el que suelen alojarse contratistas militares extranjeros durante sus estancias en la capital afgana, y que está situado cerca de una base de la OTAN. Uno de ellos hizo estallar un coche bomba delante de Green Village, explicó el jefe de la brigada de investigación criminal de Kabul, Mohamed Zahir, quien añadió que los otros dos penetraron en el recinto y comenzaron a disparar. "Siete de nuestros compatriotas, incluidos un estudiante de escuela y un guarda de seguridad, han muerto y 17 más resultaron heridas, entre ellas diez estudiantes", indicó en una nota el Ministerio afgano de Interior.

A media mañana, la zona estaba ya bajo control de las fuerzas de seguridad afganas, tras mantener un tiroteo y matar a los dos insurgentes que permanecían atrincherados en el hospedaje.

Sorpresa La visita de Obama a Afganistán de este martes, no anunciada, tenía por objetivo la firma con su homólogo afgano, Hamid Karzai, de un pacto estratégico que marca las líneas de asistencia militar y financiera de EEUU a las autoridades afganas hasta 2024. El pacto suscrito deja abierta la puerta a la permanencia de tropas extranjeras tras la retirada total de las tropas de la OTAN en 2014, pero no fija un número para ese contingente y fía los detalles a un acuerdo complementario entre ambos Gobiernos.

"Nuestra meta no es construir un país a imagen y semejanza de EEUU, ni erradicar hasta el último vestigio de los talibanes", dijo Obama en una comparecencia televisada desde la base militar estadounidense de Bagram, situada a una hora de la capital afgana. "Los afganos quieren establecer su soberanía plena y crear una paz duradera. Eso requiere un calendario claro para poner fin a la guerra", añadió.

La visita coincidió con el primer aniversario de la muerte del líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, en una operación llevada a cabo por comandos norteamericanos en la ciudad de Abottabad, situada al norte de Islamabad, capital de Pakistán.

Pese a la pujanza de los insurgentes, que siguen cometiendo audaces incursiones en Kabul -la última el 15 de abril, cuando atacaron embajadas, edificios oficiales, el Palacio presidencial y el Parlamento-, la OTAN ha insistido en que no variará el calendario de su retirada de este país, que inició en julio de 2011 y que no finalizará hasta 2014.