KIEV. "En nombre de Ucrania expreso mi profundo agradecimiento a todos los países donantes a la fundación Chernóbil por su comprensión y su actual respaldo a la hora de superar la mayor catástrofe de la historia de humanidad", afirmó Víctor Yanukóvich, presidente de Ucrania, durante el acto oficial de comienzo de las obras.

Yanukóvich, que se desplazó con ese fin a la planta atómica, destacó que el nuevo sarcófago que sustituirá al cubo de hormigón y acero construido en 1986 "no tiene análogos en el mundo".

"Chernóbil sigue siendo una tragedia y se hace sentir. Por eso, no dejamos de preocuparnos de la seguridad del sarcófago sobre el destruido cuarto reactor", dijo el presidente ucraniano.

Además, destacó que el país no está solo en la solución de este problema y añadió que "Ucrania siente el hombro amigo de la mayoría de los países del mundo".

Según el Ministerio de Situaciones de Emergencia, el nuevo sarcófago con forma de arco tiene como "función principal contener la propagación de sustancias radiactivas".

Las obras de construcción del sarcófago, que debe garantizar la seguridad del reactor durante el próximo siglo, se prolongarán hasta 2015, aseguró el ministro de Situaciones de Emergencia ucraniano, Víctor Baloga.

El actual cubo de hormigón, que fue construido por los soviéticos, tiene grietas de hasta cien metros y agujeros por donde sale agua radiactiva, según Greenpeace.

En septiembre de 2007, el consorcio francés Novarka firmó un contrato para construir en cinco años el segundo sarcófago tras ganar el concurso internacional convocado por Kiev.

El nuevo sarcófago, que cubrirá al actual de acero y hormigón, será un arco con una longitud de 257 metros, una anchura de 150 y una altura de 108 metros que será construido junto a la planta y después instalado sobre el cuarto reactor.

Chernóbil, en cuya zona de exclusión de 30 kilómetros los niveles de radiación aún son varias veces superiores a la norma, fue clausurada en el año 2000, pero aún acoge combustible nuclear, por lo que los ecologistas todavía la consideran una amenaza latente.