vitoria. "El cambio en Francia permitirá cambiar la orientación de Europa", ha señalado esta semana el candidato socialista galo François Hollande, convencido de su victoria en las elecciones francesas, cuya primera vuelta está prevista para el próximo domingo. Toda Europa, sacudida por la crisis económica y en la que Francia tiene un papel protagonista junto a Alemania, sigue con expectación este proceso electoral que, efectivamente, podría desalojar al actual inquilino del Elíseo del poder. Todas las encuestas apuntan a una victoria del candidato socialista en la segunda vuelta electoral, prevista para el 6 de mayo.
Los últimos sondeos auguran una cita electoral reñida para el próximo domingo y una victoria holgada de Holande, con alrededor del 53% de los votos, en mayo. En la segunda ronda serán decisivos los votos del ultraderechista Frente Nacional, de Marine Le Pen, y del Frente de Izquierda, de Jean-Luc Mélenchon, que quedarán en tercer y cuarto lugar -entre ambos suman casi el 30% de los votos-. A una semana de las elecciones, tanto Sarkozy como Hollande preparan hoy una batalla decisiva, y es que ambos candidatos han convocado dos grandes mítines en París a las 14.00 horas. El actual presidente y candidato conservador se dirigirá a sus votantes en la plaza de la Concordia, mientras que Hollande lo hará explanada del castillo de Vincennes. Y es que los dos candidatos se enfrentan al acto clave antes de la primera vuelta del 22 de abril con mítines y grandes concentraciones con los que intentan asegurar votos y convencer a los electores indecisos. "No se trata de una competición. No será el mayor número de participantes el que marque la diferencia, sino el número de votantes", se adelantó a precisar Hollande, rechazando la idea de una confrontación que resulta sobre todo atractiva para la prensa.
Quizá por esa razón, ninguno de los partidos ha querido adelantar el número de personas inscritas, sea para el encuentro de los socialistas en un parque junto al castillo de Vincennes, este de París, o para el de la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP) en la céntrica plaza Concorde. El diario Le Figaro señala, sin embargo, que la UMP espera reunir a 80.000 personas, 30.000 más de la cifra a la que aspira el flanco socialista. A esta última gran ofensiva se unirán también con mítines fuera de París el izquierdista Jean-Luc Mélenchon; la ultraderechista Marine Le Pen; la ecologista Eva Joly; la ultraizquierdista Nathalie Artaud; el centrista François Bayrou, el soberanista Nicolas Dupont-Aignan, el trotskista Philippe Poutou y el gaullista Jacques Cheminade.
Pero la pugna está en manos de Sarkozy y Hollande. En caso de ganar, el candidato socialista se ha comprometido a revisar el nuevo tratado europeo negociado en diciembre por Sarkozy con la canciller alemana, Angela Merkel, para incorporar estímulos al crecimiento porque teme sus efectos recesivos y ampliar el papel del Banco Central Europeo (BCE), en particular para que pueda comprar directamente deuda de los países objeto de ataques de los mercados. "La austeridad no es la solución y un tratado que no sea más que presupuestario sin tener en cuenta el imperativo del apoyo de la actividad y el empleo no serviría para nada. O peor que eso, pondría Europa en crisis durante mucho tiempo", asegura Hollande al respecto. "Ya he advertido a nuestros socios: no añadamos austeridad a la austeridad, sino crecimiento en serio", agrega.
preocupación alemana Este punto ha causado especial preocupación en Alemania, cuya mandataria ha llegado a hacer campaña a favor de Sarkozy abriendo un gran debate en Francia sobre la injerencia alemana. Sobre el tratado, el actual mandatario asegura haber obtenido una gobernabilidad de la zona euro y considera "utópica" una renegociación. En cuanto a otros temas europeos, Sarkozy propone instaurar una Buy european Act, una forma de proteccionismo de las empresas europeas. Además, el candidato conservador ha amenazado con abandonar el espacio Schengen si en un año no se inicia una reforma para que todos los países apliquen los mismos criterios en el control de las fronteras. El presidente francés asegura que, como se ha hecho con el euro en el tratado firmado el pasado 1 de marzo, los países deberán armonizar el control de sus fronteras, y pide sanciones para aquellos que no lo hagan.
Sarkozy defiende una Europa "Intergubernamental", dirigida por los jefes de Estado y sus gobiernos, con Francia y Alemania a la cabeza. Por el contrario, Hollande, convertido en la esperanza de una socialdemocracia europea duramente castigada por la crisis económica que atraviesa el viejo continente, apoya las instituciones comunitarias y no quiere reducir la UE al eje franco-alemán. Al respecto, Hollande ha matizado esta semana que "Francia es esencial para la construcción europea" y que "no me puedo imaginar un solo instante en que Alemania quiera dirigir sola Europa y aislar a Francia". Asimismo, señala que la amistad entre los dos países no se romperá porque "los franceses elijan a un presidente de una sensibilidad política diferente a la de la canciller".
animal político Sarkozy se presenta como el guía de las políticas de rigor, lideradas junto a su socia Merkel, con las que esperan superar la actual coyuntura económica. Un segundo mandato coronaría la carrera de un político que ha escalado todos los peldaños del poder en Francia. Por su parte, Hollande se ha sometido en el último año a una gran transformación, física y personal, y enfrente esta elección con un carácter más serio y reposado. Francia y Europa entera tienen una cita importante el próximo domingo y el 6 de mayo, cuando se elegirá al próximo presidente galo. "Los otros países europeos estarán atentos a la elección presidencial en Francia. No somos una nación cualquiera en Europa, nuestra influencia será grande", afirma al respecto Hollande esta misma semana.
Eso sí, la cita con las urnas no acaba en Francia el 6 de mayo ya que los ciudadanos están llamados de nuevo a votar en junio, cuando están convocadas las elecciones legislativas, destinadas a renovar la Asamblea Nacional y el Senado, y que completarán la actualización de la representación política del país.