Atenas. Atrapada en una cada vez más enrevesada crisis económica, Grecia celebrará elecciones anticipadas el 6 de mayo en un clima de división política, lo que abre un horizonte de gran incertidumbre, ya que todas la encuestas apuntan a que será necesario formar un nuevo Gobierno de coalición. Tras anunciar la fecha de los comicios, el primer ministro Lukás Papadimos advirtió a sus ministros de que el gobierno "no puede cesar su trabajo ni un solo momento" y debe abordar aún antes de los comicios importantes tareas, como la recapitalización de los bancos prevista para la próxima semana.

Pero los observadores dudan de que el resultado de los comicios garantice la continuidad que esperan los mercados sobre la política económica de este país en crisis. El pacto de noviembre para formar un Gobierno apoyado por socialdemócratas y conservadores, y presidido por el tecnócrata Papadimos, incluía el compromiso de convocar elecciones anticipadas el 19 de febrero, fecha que se ha ido posponiendo por la lentitud en la aprobación de las reformas exigidas por Bruselas.

El Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok), principal socio del gobierno Papadimos, ha pedido varias veces que se agote el mandato del actual parlamento hasta 2013, ante la amenaza de una debacle electoral respecto al 43% de apoyos que tuvo en 2009. Esa propuesta ha sido rechazada por su socio conservador de gobierno, Nueva Democracia (ND), empeñada en no alejar más allá de mayo unos comicios de los que saldrá ganador, según los sondeos, pese a que también sufrirá una sangría de votos. Según el líder de ND, Antonis Samarás, estas elecciones son "necesarias para que el pueblo tenga una válvula de escape", tras lo que el presidente del Parlamento, Filippos Petsalnikos, ha calificado como un periodo crítico.