Buenos Aires
EL capitán de Fragata Pedro Giachino fue considerado en Argentina un héroe de la Guerra de Malvinas, pero ahora, 30 años después del conflicto bélico, el avance de la Justicia podría revelar que en realidad se trataba de un represor. El exmilitar fue destacado como el primer caído el 2 de abril de 1982, día en que comenzó el operativo de recuperación de las islas en manos del Reino Unido. Aquella acción en el campo de batalla elevó su figura a un reconocimiento casi unánime: recibió en forma póstuma condecoraciones y ascensos militares. Además, escuelas y calles del país sudamericano recibieron su nombre.
Pero había antecedentes que aparentemente aún no habían salido a la luz. Giachino había nacido en mayo de 1947 en Mendoza y su trayectoria en las fuerzas armadas lo había llevado a la ciudad de Mar del Plata, en la Costa Altántica. Precisamente, la Justicia investiga allí las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la última dictadura militar (1976-1983) en un centro clandestino de detención que funcionó en la Base Naval. Gabriel Della Valle, que en 1976 estuvo secuestrado en una de las salas, declaró el pasado 8 de marzo ante un tribunal que una de las personas que lo había interrogado bajo tortura había sido Giachino. Cuando los jueces le preguntaron cómo reconoció al militar, Della Valle dijo que había visto su foto en los diarios bajo la calificación de "héroe de Malvinas".
El testimonio ratificó una declaración judicial realizada en 2010 por Alfredo Molinari, quien había estado bajo las órdenes de Giachino en la Base de Mar del Plata. Ante un tribunal de la provincia de Santiago del Estero, Molinari afirmó que Giachino lo había obligado a matar a un detenido que "estaba encapuchado, atado de pies y manos, con su cabeza apoyada sobre una bolsa". Los organismos de derechos humanos aseveraron que otros testimonios similares se escucharon en el llamado Juicio por la Verdad que se realiza desde 2001 en la provincia de Buenos Aires.
Este tipo de declaraciones motivaron que el Concejo Deliberante de Mar del Plata decidiera quitar del edificio legislativo un cuadro con el rostro de Giachino. La guerra de Malvinas, conducida por la última dictadura militar, tuvo entre sus jefes a Alfredo Astiz, Antonio Pernías y Mario Benjamín Menéndez, represores juzgados y condenados por violaciones a los derechos humanos. A 30 años del conflicto, la mano extensa de aquel régimen también parece alcanzar a quienes eran héroes.