Damasco/El Cairo. La Liga Árabe ha solicitado el respaldo de la ONU a su hoja de ruta, que estipula la salida del poder del presidente sirio, Bashar al Assad, lo que para Damasco demuestra la incapacidad del organismo de implementar su plan y un intento de internacionalizar la crisis. La búsqueda de una solución a la conflictiva situación ha llevado a la Liga Árabe a pedir una reunión con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. Asimismo, Estados Unidos y los países de la Unión Europea que se sientan en el Consejo de Seguridad preparan con representantes de países árabes un proyecto de resolución basado en el plan de la Liga Árabe para detener la violencia e iniciar la transición.
El objetivo de la Liga Árabe es que la ONU acepte el plan árabe, propuesto el pasado domingo, para poner fin a la crisis en ese país con el apoyo del Consejo de Seguridad. El secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, también ha solicitado a representantes de la Organización de la Conferencia Islámica, la Unión Africana, la UE y el Consejo de Cooperación del Golfo que respalden la iniciativa. El régimen sirio no tardó, sin embargo, en expresar su rechazo a esta idea por boca de su ministro de Exteriores, Walid al Mualem, quien dijo que la Liga Árabe "es incapaz de jugar su papel e implementar el plan para Siria y por eso acude al Consejo de Seguridad". En una rueda de prensa en Damasco, el jefe de la diplomacia siria indicó que existe una "conspiración" que está utilizando a los árabes contra Siria, pero confió en que la buena relación entre su país y Rusia le salve de una resolución de condena.