Nairobi. Miles de personas, al menos 50.000, murieron en cinco meses por la hambruna en el Cuerno de África en 2011 debido a la respuesta tardía de la comunidad internacional, según un informe difundido ayer por las ONG de ayuda humanitaria Oxfam y Save the Children. "La falta de una acción decisiva por parte de la comunidad internacional, en el momento en que los sistemas de alerta temprana vislumbraron la gravedad de la situación en la zona, ha dejado un desolador balance de miles de muertes innecesarias y millones extra de euros gastados", apuntaron ambas organizaciones en un comunicado.

El citado informe, titulado Un retraso peligroso, se publica al cumplirse seis meses desde que se declarara la grave crisis alimentaria en la región. Según el documento, "el miedo al riesgo trajo como consecuencia la demora de seis meses en la respuesta a gran escala". "Las agencias humanitarias y los gobiernos nacionales -afirman las organizaciones- reaccionaron con excesiva lentitud y muchos donantes exigieron pruebas de que se estaba produciendo una catástrofe humanitaria, antes de actuar para prevenirla". Actualmente más de 13 millones de personas están sufriendo los efectos de la crisis alimentaria en la zona, azotada por la peor sequía de los últimos sesenta años.

Aunque no es posible calcular con exactitud el número de muertos, la Agencia de Cooperación británica estima que se perdieron entre 50.000 y 100.000 vidas -más de la mitad de niños menores de 5 años- entre los meses de abril y agosto de 2011, según el comunicado. Oxfam y Save The Children recalcan que "los sistemas de alerta temprana pronosticaron una emergencia probable en agosto de 2010, pero la respuesta de gran escala no se inició hasta julio de 2011". "A día de hoy -indican-, la de Somalia sigue siendo la crisis alimentaria más grave en todo el mundo, con cientos de miles de personas que todavía viven en riesgo". Ante esa situación, las ONG han elaborado la Declaración para acabar con el hambre extrema, en la que instan a los gobiernos a revisar sus modelos de respuesta a las crisis alimentarias, así como a abordar las principales causas del hambre extrema. El Cuerno de África se convirtió en 2011 en el foco de atención del mundo al sufrir una de las peores hambrunas de su historia, que provocó la muerte de decenas de miles de personas y sumió en una crisis humanitaria a más de 13 millones. Somalia fue el país que más sufrió el embate de esa crisis, donde cerca de la mitad de su población, unos 3,7 millones de personas, padecieron la tragedia, acentuada por el conflicto y la falta de Gobierno efectivo que vive esa nación desde hace más de veinte años.