tucson. Estados Unidos recordó ayer la matanza de Tucson, en Arizona, en la que murieron seis personas y la diputada Gabrielle Giffords resultó gravemente herida. La propia Giffords, que recibió un disparo en la cabeza, participó en los actos junto a su esposo, el ex astronauta Mark Kelly. Según informaron los representantes de la legisladora, Giffords "quería volver a estar en Tucson en este fin de semana emotivo". A las 10:11 hora local, el momento en el que hace un año el perturbado mental Jared Loughner abrió fuego, sonaron en toda la ciudad 19 campanadas, una por cada uno de los fallecidos y 13 heridos.
El diario The New York Times se refirió al hecho como los "16 segundos que nunca pasarán en Tucson". Loughner disparó cuando Giffords se reunía con ciudadanos de su distrito electoral ante un centro comercial. La diputada logró sobrevivir y se ha recuperado, aunque según los medios aún sufre problemas en el habla. Entre los fallecidos había una niña de nueve años. El autor del crimen fue declarado incapacitado mental. Tras meses de tratamiento, sus médicos señalaron en septiembre que "ahora entiende que mató a gente". La fiscalía espera que pueda ser sometido a juicio con ayuda de tratamiento médico.