Vitoria. El encuentro entre el rey Mohamed VI y el secretario general del partido vencedor de las elecciones legislativas, Abdelilah Benkirán, tuvo lugar ayer en Midelt, a unos 350 kilómetros al sureste de Rabat, dos días después de conocerse los resultados definitivos de los comicios del viernes, que otorgaron el triunfo al islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD). Durante la cita, el monarca designó a Benkirán como nuevo jefe de Gobierno de Marruecos y le encargó la tarea de formar el futuro gabinete. Se trata de la primera vez que los islamistas entran en el Ejecutivo, después de convertirse, también por primera vez, en la primera fuerza del Parlamento marroquí, con 107 de los 395 escaños.

La nueva Constitución que entró en vigor el pasado julio establece que el rey debe elegir al primer ministro entre los miembros del partido más votado en las elecciones, a diferencia de lo que ocurría hasta la reforma constitucional, cuando Mohamed VI nombraba al jefe de Gobierno a su criterio. El líder islamista, que vistió corbata para la ocasión, a pesar de su conocida aversión a ella, manifestó que su misión a partir de ahora es obrar por "el interés general y estar a la altura del juramento que presté hoy ante Su Majestad", según una nota divulgada por la agencia de noticias Map.

Poco más ha trascendido sobre el encuentro, ni siquiera el margen de maniobra que tendrá Benkirám para la formación del Gobierno, ya que este punto no se especifica en la Carta Magna. Además, la cita entre el monarca y el recién designado primer ministro provocó ayer todo tipo de especulaciones, por realizarse en Midelt y no en Rabat. Los comicios supusieron una doble derrota electoral para la monarquía, y es que otro de los grandes triunfadores fue la abstención, poniendo de manifiesto la apatía y la desconfianza de los marroquíes hacia el sistema electoral.

Sin embargo, tanto la aprobación de la reforma constitucional, como la normalidad de estos comicios están permitiendo al rey alauí salir indemne de la oleada de protestas que recorre a sus países vecinos y le permite controlar desde su palacio el proceso -más que de cambio, de maquillaje-. Tras su victoria electoral, el PJD declaró estar abierto a formar una coalición de gobierno con los partidos que integran la alianza electoral Kutla (que incluye a tres formaciones, entre ellas la nacionalista Istiqlal del primer ministro saliente, Abbas el Fassi, y segunda fuerza del futuro Parlamento, con 60 escaños). Entre los cuatro partidos controlarían 224 asientos.