londres. Los talibán que abandonan la insurgencia reciben 116,6 euros mensuales, pueden conservar sus armas y se les otorga una amnistía total, en el marco de un programa de "reintegración" impulsado por los británicos para tratar de detener los sucesivos ataques contra la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF).

El acuerdo, que goza del pleno apoyo de la OTAN, pretende facilitar a los combatientes "el abandono del campo de batalla" y entrar en un programa de "reintegración" que les permita volver a sus comunidades de origen con "dignidad y honor". Aunque este programa no implicará el sometimiento a interrogatorios, sí estipula un cuestionario obligatorio en el que el miliciano deberá esgrimir las razones que le llevaron a engrosar la insurgencia.

Desde octubre de 2010, más de 2.700 combatientes han sido reintegrados en Afganistán y unos 800 están "mostrando interés en abandonar las filas talibán". Hasta el momento, "solo cinco han vuelto a la insurgencia". Como resultado de esta política, en el norte de Afganistán, unos 900 talibán han abandonado la insurgencia y, por ende, la violencia ha descendido un 30%.

El director del Cuerpo de las Fuerzas Conjuntas para la Integración en Kabul, el comandante general David Hook, ha admitido que este programa no gozará fácilmente de la aprobación de las familias británicas que han perdido a algún ser querido en la guerra y ha insistido en que la "reintegración" es vital para que se logre la paz. La amnistía que se les concede abarca tanto la implicación en ofensivas insurgentes como los crímenes más atroces. Al respecto, Hook ha reconocido que horrendos delitos que, en su opinión, "son difíciles de olvidar". "Aceptamos grandes números de combatientes del IRA en nuestras sociedades porque queríamos paz en Irlanda del Norte y esto no es diferente en Afganistán", ha añadido. El programa, de tres meses de duración, se centra en "eliminar el adoctrinamiento" mediante la enseñanza de valores y conductas del buen ciudadano. Durante dicho periodo, los combatientes reciben los 116 euros, aunque, para su admisión, pasan "varias semanas de negociaciones, mientras que (los milicianos) tratan de romper los lazos que le unen a la insurgencia".