washington. El gobernador de Oregón, John Kitzhaber, suspendió ayer la pena de muerte en su estado por considerarla "moralmente equivocada", y evitó así la ejecución pendiente de un reo para el próximo mes de diciembre. "La pena de muerte practicada en Oregón no es imparcial ni justa, ni rápida ni certera. Y no es aplicada de manera igual a toda la gente", aseguró Kitzhaber, gobernador demócrata desde 2010.
Con esta decisión, los 37 reclusos que permanecen en el corredor de la muerte en ese estado de la costa oeste de EEUU eluden la pena capital al menos hasta 2015, cuando concluye el actual periodo del gobernador.
"Es hora de que Oregón considere otro acercamiento. Rehúso ser parte de este sistema desigual y comprometido por más tiempo, no permitiré más ejecuciones mientras sea gobernador", agregó Kitzhaber.