Londres. Las autoridades municipales de la City de Londres decidieron ayer suspender temporalmente las medidas legales que habían emprendido contra los indignados que acampan desde el 15 de octubre a los pies de la catedral de St. Paul. El anuncio de la Corporación de la City (autoridad municipal que gobierna el distrito financiero) surgió horas después de que la catedral decidiera retirar sus acciones legales contra los manifestantes que rechazan, con 200 tiendas de campaña instaladas a los pies del templo, los excesos del sistema financiero.
"Las campanas de alarma están sonando en el mundo y St. Paul ha escuchado esa llamada", dijo el obispo de Londres, Richard Chartres, número dos en el escalafón de la Iglesia anglicana, para justificar el cambio de rumbo. En un breve comunicado, la Catedral de St. Paul anunció su "decisión unánime" de suspender las acciones legales y mantener a cambio un diálogo directo y constructivo con los indignados sobre "los asuntos morales y éticos que proponen". Horas después, el presidente de la City of London Corporation, Stuart Fraser, admitía que la decisión de suspender la orden de desalojo estaba motivada por la adoptada previamente por la catedral.
"La Iglesia ha cambiado su punto de vista y ha anunciado la suspensión de acciones legales en su propiedad. Teniendo en cuenta este cambio, nosotros hemos presionado el botón de pausa durante la noche en cuanto a estas acciones legales para apoyar a la catedral como institución nacional importante y dejar tiempo para la reflexión", explicó.
El presidente confió en emplear esa pausa -"probablemente de días y no de semanas"- para buscar una solución mesurada e indicó que este organismo hará hoy un nuevo anuncio, después de analizar de nuevo la situación. Hasta este último anuncio, las autoridades del centro financiero de la capital tenían previsto enviar una carta al grupo de manifestantes para notificarles que contaban con un plazo de 48 horas para desmontar el campamento. En el caso de no cumplirlo, un tribunal forzaría el desalojo.
"Se ha suspendido la acción legal hasta mañana por la mañana (por hoy) cuando se revisará la situación. No les hemos entregado la carta esta tarde (por ayer)", confirmó un portavoz del consistorio de la City. La protesta de los indignados londinenses ha provocado en los últimos días la dimisión de dos de los máximos responsables del templo, el canónigo Giles Fraser, simpatizante con la causa de los manifestantes, y el deán Graeme Knowles.
División en la Iglesia Aunque, en un principio, los responsables de la catedral de St. Paul autorizaron la acampada, días después tomaron la decisión de cerrar el templo debido a problemas de seguridad y más tarde anunciaron que tomarían medidas legales contra los manifestantes. Este hecho dividió a la Iglesia anglicana y motivó la dimisión de Fraser, contrario al desalojo, y después la del máximo responsable del templo -Graeme Knowles- porque, según explicó el lunes, su situación se había vuelto "insostenible".
La movilización Ocupar la Bolsa de Londres, que se inició el 15 de octubre como parte de la convocatoria internacional contra los excesos del sistema financiero, se tuvo que instalar en las cercanías de la catedral de St. Paul debido a que los terrenos que ocupa el parqué bursátil son privados.