MIENTRAS le dictaban cadena perpetua, Ricardo Miguel Cavallo demostraba la misma frialdad de toda la vida. Su mirada penetrante, clavada en unos papeles, una mano acariciando su barba cuidada en muchas horas de ocio, las que ha estado encerrado. Así permaneció durante las dos horas del fallo. El miércoles, a los 59 años, Sérpico supo que pasará el resto de su vida en prisión, ni eso lo hizo inmutarse. Miguel Ángel Cavallo, alias Marcelo, Sérpico o Ricardo Cavallo, nació el 29 de septiembre de 1951, en Buenos Aires. Se enroló como guardamarina en el Comando de la Armada a principios de 1970. En mayo de 1976, tras el golpe de Estado en Argentina que impuso una Junta Militar de Gobierno al mando del general Jorge Videla, apareció con el grado de teniente de fragata.
En 1981 el departamento de falsificaciones instalado en la ESMA le "fabricó" una nueva identidad, en la que aparece ya como Ricardo Miguel Cavallo. Con este nombre y esos documentos vivió en su país durante 8 años y se instaló en México en octubre de 1989. En la ESMA desempeñó todas las funciones, desde secuestrador hasta jefe de La Pecera, el último piso de ese centro de represión por donde pasaron miles de perseguidos políticos. A Cavallo se le relacionó con más de 225 desapariciones de personas.