El duro revés sufrido el lunes por la noche por el primer ministro británico, David Cameron, cuando 79 diputados conservadores le desafiaron al apoyar en el Parlamento un referéndum sobre la Unión Europea (UE), presagia un futuro pleno de revueltas sobre Europa. Esta ha sido la mayor rebelión en la historia del Partido Conservador, más grave aún que la padecida por el ex primer ministro tory John Major cuando tuvo que sudar en la Cámara de los Comunes para que sus diputados aprobasen el Tratado de Maastricht en 1993.
Aunque la moción que pedía la convocatoria de un referéndum en 2013 sobre la permanencia del Reino Unido en la UE no prosperó en la votación, el alto número de diputados conservadores que la respaldaron (79 de 305) pone de manifiesto que las viejas heridas sobre Europa aún no han cicatrizado entre los tories. La moción, presentada por el conservador David Nuttal y derrotada por 483 votos en contra y 111 a favor, planteaba celebrar un plebiscito en el que se ofrecerían tres opciones: que el Reino Unido permanezca en la UE como hasta ahora, que la abandone o que negocie los términos en los que seguiría.
Algunos diputados conservadores advirtieron ayer de que este asunto continuará si el Gobierno no toma decisiones que permitan un retorno a Westminster (Parlamento británico) de poderes cedidos a la UE. Así, el secretario del poderoso Comité parlamentario conservador 1922 (de marcada tendencia euroescéptica), Mark Pritchard, dejó claro que el asunto europeo no desaparecerá. "Necesitamos alguna definición y claridad. Si no tenemos esa claridad creo que la posición del Gobierno sobre Europa es políticamente insostenible", dijo.
Por su parte, el parlamentario tory David Nuttall señaló que Europa debe entender que la población británica ve que el país está demasiado vinculado a la UE. "En 1975 la población votó a favor de unirse al mercado común. Desde entonces se ha desarrollado sin tener nunca un referéndum sobre lo que es actualmente la UE con su propio himno, su propia bandera y su propio Parlamento", agregó Nuttall. "Estoy interesado en contar con un referéndum nacional porque creo que es lo que la población británica quiere", afirmó.
En respuesta a la votación, Cameron dijo ayer no sentir rencor por el revés y admitió que entendía por qué algunos de sus compañeros decidieron respaldar la moción. "Europa ha sido siempre un asunto difícil para mi partido, siempre lo será, pero lo importante es hacer lo correcto para el país y no sería bueno para el Reino Unido en este momento tener una votación importante con un referéndum", argumentó el primer ministro.
Por su parte el viceprimer ministro británico, el liberaldemócrata Nick Clegg, consideró que el Reino Unido debe liderar Europa, no abandonarla. "Continuemos con la difícil labor de trabajar con nuestros socios de la eurozona para arreglar la eurozona, afrontemos esto. Si uno no tiene una eurozona fuerte y próspera, uno no puede tener un Reino Unido próspero", afirmó el político.