La Paz. Una celebración multitudinaria y festiva colapsó ayer el centro de la capital boliviana (arriba) para recibir a los indígenas que llegaron tras recorrer más de 500 km en 66 días de marcha, con la intención de quedarse hasta que el presidente Evo Morales paralice las obras de una carretera que atravesará la reserva natural del Tipnis, de 1,2 millones de hectáreas, en la Amazonía. Los indígenas creen que la carretera permitirá que madereros y productores de coca invadan sus tierras. Foto: Martin Alipaz/efe
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