SANTIAGO DE CHILE. A media tarde del miércoles, un grupo de unos 50 encapuchados protagonizó violentos incidentes a muy pocas manzanas del Palacio de La Moneda, sede del Ejecutivo, que incluyeron el saqueo de varios recintos situados en el área.

Los delincuentes saquearon también un templo metodista y se llevaron elementos del culto para encender una fogata que también alimentaron con muebles de un instituto profesional que se levanta en las cercanías.

Ya en la noche se vivieron nuevamente, al igual que en la primera jornada de movilizaciones, violentos incidentes en la emblemática y combativa Villa Francia, al suroeste del centro de Santiago, donde los carabineros se vieron obligados a utilizar balas de goma para contrarrestar el ataque de los encapuchados.

En la Plaza Ñuñoa del ayuntamiento santiaguino de Ñuñoa, cerca de 100 personas se manifestaron con un "cacerolazo" organizado por la Asamblea Ciudadana de ese municipio que terminó después de que Carabineros intervineran para dar fin a la protesta.

Según el balance oficial, en todo Chile se registraron 234 detenidos, 110 de ellos en Santiago, y al menos 27 carabineros lesionados, aunque es una cifra que cambiará en las próximas horas debido a las detenciones ocurridas esta medianoche.

Radio Bíobio informó de que en Valparaíso, donde la marcha estudiantil convocó a unas 10.000 personas, los incidentes que se registraron al término de ella y en los alrededores del Parlamento dejaron al menos 20 personas detenidas.

También al interior del Congreso se vivieron momentos muy tensos cuando la policía desalojó esta tarde "en forma violenta" a un grupo de personas que se manifestaba en la tribunas de la Cámara de Diputados, curiosamente cuando se analizaba "la forma de asegurar el pleno ejercicio del derecho a manifestarse".

Los hechos se originaron tras una hora de debate en la que los parlametarios se pronunciaban acerca de cómo el Gobierno, representado allí por el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, ha hecho frente a las manifestaciones estudiantiles de los últimos cinco meses.

En Concepción, en tanto, se registró un número indeterminado de detenidos, especialmente en las escaramuzas que se vivieron en la Universidad de esa ciudad situada a 515 kilómetros al sur de Santiago.

Antes de los enfrentamientos entre encapuchados y la policía, fueron los propios jóvenes que evitaron el saqueo de una farmacia e incluso detuvieron a dos de los sujetos que fueron entregados a la policía.

La Ley de Seguridad del Estado invocada por el Gobierno, que puede llevar a una persona a una condena de hasta diez años de cárcel, aparentemente no amedrentó a los encapuchados que en esta jornada en un número cercano a las 2.000 personas, según cifras oficiales, causaron los más graves destrozos desde que se iniciaron las movilizaciones hace cinco meses.

Dirigentes estudiantiles, de profesores y trabajadores dijeron hoy que unas 200.000 personas se manifestaron en Santiago en el segundo día de movilizaciones por una educación pública gratuita y de calidad, aunque el Gobierno cifró sólo en 25.000 los convocados.

Por su parte, el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, que estimó en 25.000 las personas que participaron en Santiago en la marcha de los estudiantes, indicó que los encapuchados "fueron verdaderos grupos coordinados para crear destrozos y desórdenes".

Según la policía, las manifestaciones se replicaron también en Temuco, Valdivia, La Serena, Talca y Temuco.

En Santiago, las tiendas comerciales comenzaron a cerrar sus puertas a partir de las 18.00 horas (21.00 GMT) para que sus empleados tuviesen la oportunidad de llegar a sus hogares antes de que los conductores de microbuses y taxis suspendieran los recorridos por temor a los ataques de los encapuchados.

Los estudiantes exigen una educación pública, gratuita y de calidad, y una reforma al sistema impuesto durante la dictadura (1973-1990), que les obliga a asumir, junto a sus padres, grandes deudas para financiar sus estudios.