Kabul/Bagdad. Dos graves ataques de los insurgentes iraquíes y afganos finalizaron con 24 y 30 muertos respectivamente cuando los soldados estadounidenses deben completar su total retirada del país árabe a finales de este año y continuar con la iniciada en julio del asiático. En Kabul al menos 11 civiles afganos murieron víctimas del ataque coordinado de un comando talibán que comenzó el martes en distintos puntos de Kabul, indicaron ayer fuentes oficiales, que confirmaron el fin de los combates. En total, han muerto once civiles afganos, entre ellos tres niños, y otros diecinueve resultaron heridos, dijo un portavoz de la misión de la OTAN en Afganistán (ISAF) que aseguró contar con información del Ministerio afgano de Interior.

Hasta la mañana de ayer, Interior solo había reconocido que en los combates habían muerto dos civiles y cuatro policías, y que otras 23 personas -doce civiles y once policías-, resultaron heridas, a los que hay que añadir seis soldados heridos confirmados por la ISAF.

"La lucha terminó a las 09:00 horas (04:30 GMT)", afirmó ayer el ministerio de Interior en un comunicado, aunque el jefe de la brigada de investigación criminal de Kabul, Mohamed Zahir, dijo de madrugada que los combates habían concluido la pasada noche.

El ataque perpetrado contra la ciudad comenzó el martes por la mañana y corrió a cargo de un total de nueve insurgentes; tres de ellos perpetraron ataques suicidas en distintos puntos, y los otros seis se encaramaron en un inmueble de 13 plantas desde el que comenzaron a disparar a discreción.

Disfrazados con burkas "Los insurgentes usaron burkas para pasar sin ser vistos en los controles policiales hasta llegar al edificio", reconoció en su nota de prensa el Ministerio de Interior.

Armados con lanzagranadas, ametralladoras y chalecos explosivos, los miembros del comando talibán atacaron con disparos y explosivos la Embajada de Estados Unidos, el cuartel general de la OTAN en la capital afgana así como otros edificios próximos a la plaza kabulí Abdul Haq. Las fuerzas de seguridad afganas y de la OTAN procedieron a rodear el edificio y comenzaron a subir planta por planta para acabar con los insurgentes atrincherados.

"En total, las fuerzas de seguridad mataron a nueve suicidas. La zona ya está completamente bajo control de las fuerzas de seguridad afganas", afirmó el jefe de Policía de Kabul, Ayub Salangi.

La acción coordinada de los insurgentes logró paralizar durante horas Kabul, cuyos ciudadanos temían desde hace días algún tipo de ataque coincidiendo con el décimo aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001 de Nueva York, Washington y Pensilvania, que desencadenaron la invasión de Estados Unidos a Afganistán. Las tropas extranjeras comenzaron el pasado julio a retirarse del país y a transferir gradualmente la competencia de la seguridad a las fuerzas afganas, en un proceso que debe concluir según los plazos previstos en 2014.

Kabul, una de las ciudades donde la seguridad está ya en manos de las fuerzas afganas, ha sido golpeada en varias ocasiones por los talibanes en los meses de verano, cuando el conflicto afgano ha registrado un recrudecimiento.

Frecuentado por policías Eso sucedía en Afganistán y ayer en Irak, una treintena de personas perdieron la vida en varios atentados en el país, dos de ellos contra las fuerzas de seguridad, mientras se debate en el país una posible permanencia de las tropas de EEUU más allá del 2011. Fuentes policiales precisaron que al menos 29 personas fallecieron en tres ataques ocurridos en Bagdad y en las provincias de Al Anbar y Babel, en el oeste y el sur de Irak, respectivamente. El atentado más mortífero tuvo lugar en la base militar de Habaniya, 60 kilómetros al oeste de la capital, donde al menos quince soldados iraquíes perecieron por la explosión de un artefacto en el autobús en el que viajaban.

Una fuente de la Policía de Ramadi, capital de la provincia occidental de Al Anbar, agregó que también hubo veinte uniformados heridos en ese ataque, la mayoría en estado grave. Asimismo, al menos once civiles fallecieron y otros 41 resultaron heridos por el estallido de un coche-bomba frente a un restaurante popular en la zona de Shumli, 60 kilómetros al este de Hila, capital de la provincia sureña de Babel.