vitoria. ¿Cómo recuerda el 11-S?

Al principio no entendíamos nada. ¡Sucedían las cosas a tal velocidad...! Tuvimos cierto temor por la posible radicalización de la comunidad musulmana mundial. Afortunadamente todo se fue aclarando y se vieron los hilos que movían las marionetas.

¿Cómo se han visto afectados los musulmanes en Euskal Herria tras aquel ataque?

En Euskadi nos ha afectado más el asunto de la crisis económica que el del 11-S. Es la crisis la que activa la xenofobia y la islamofobia latentes. El 11-S y el 11-M no han hecho sino redundar en el miedo al moro que arrastramos desde hace más de mil años. Sólo hay que repasar nuestra heráldica, incluida la mía, para saber de qué hablamos.

¿Han observado un incremento de sentimientos y actuaciones antiislámicas derivadas de aquellos hechos?

Derivadas de aquello no, porque aquí diferenciamos bien entre terrorismo e islam. Pero se dan fenómenos nuevos que hasta ahora no se daban como el rechazo a las mezquitas, que tienen que ver más con la neurosis colectiva de una nueva invasión; de que esto se transforme en Eurabia.

¿Cómo reconducir el rechazo a la construcción de mezquitas en nuestro entorno?

El problema lo tiene nuestra sociedad, porque se da una falta de congruencia de valores y una pérdida de identidad que favorecen estas actitudes populistas neofascistas. En Euskadi necesitamos afrontar la gestión de la diversidad sin complejos ni traumas, pero hasta ahora había otras prioridades. Sin violencia creo que esta sociedad será plural, rica y con un futuro prometedor.

¿Ha habido algo positivo para el colectivo musulmán derivado de toda aquella desgracia?

Lo positivo ha superado al impacto negativo inicial. El islam ha salido fortalecido de ese intento fallido de criminalización. Los musulmanes hemos tomado conciencia de nuestra comunidad universal. También que se ha abierto un debate interno muy positivo e intenso. Además, de rebote, los no musulmanes se han interesado más por el islam.

¿Qué diría a los que piensan que los musulmanes de países occidentales han sido demasiado tibios al condenar al terrorismo yihadista?

Es una percepción subjetiva ya que la condena se ha dado siempre con claridad, pero los medios de comunicación prefieren alimentar la polémica. No es noticioso que la Comisión Islámica de España condene el terrorismo, lo noticioso es que un imán sin estudios diga cualquier majadería, porque en ese momento se transforma en el portavoz de los musulmanes y da el perfil mediático perfecto. Sería de cafres no condenarlo cuando, además, la inmensa mayoría de las víctimas de ese terrorismo son musulmanes.

¿Las comunidades islámicas pueden hacer algo más para disipar esos fantasmas?

Sí, pueden ir ocupando puestos de responsabilidad en la administración, en los medios de comunicación, en los partidos políticos... No se trata de empeñarnos en demostrar nuestra inocencia, que debe presumirse, sino de trabajar duro y ganar peso estratégico en la sociedad. Cuando haya un millón de votantes musulmanes, los políticos de este país cambiarán su discurso respecto al Islam.