estambul. "Estamos orgullosos y satisfechos con la victoria militar" de los rebeldes libios. Es un "punto de inflexión histórico para toda la región y una señal para otros pueblos, cuyos movimientos ganarán impulso". Con esta velada alusión a Siria, el ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, inauguró la cumbre de los directores políticos del Grupo de Contacto para Libia, reunidos de urgencia en un hotel en Estambul.

La cita, que arrancó en la tarde ayer, reunió a representantes (directores técnicos en su mayoría, por debajo del rango ministerial) de 30 estados, la mayoría europeos y árabes, además de delegados de la Unión Europea, la OTAN, Naciones Unidas, la Liga Árabe... En la agenda, el apoyo financiero al Consejo Nacional de Transición libio, una vez que la caída de Gadafi parece irreversible. Davutoglu pidió elaborar un marco legal para responder urgentemente a las necesidades financieras del Consejo Transicional (CNT) y para poder descongelar los fondos que Libia mantiene en los bancos europeos. Según declaró Ersin Takla, presidente del Consejo de Negocios Turco-Libio al diario Hürriyet, se trata de 97.000 millones de euros. Es prioritario mejorar las condiciones de seguridad, añadió, al prometer que Turquía se encargaría de formar las fuerzas policiales de la nueva Libia. "La transición a la democracia no es un proceso fácil; se necesita una cultura democrática", advirtió

Davutoglu alabó el "excelente comportamiento" del Consejo de Transición en materia democrática, que "se ganará al pueblo libio". Habló de primera mano: el martes estuvo reunido en Bengasi con el líder de los rebeldes, Mustafa Abdel Jalil. Una cita importante para Turquía: Las empresas turcas aún tienen intereses por valor de 1.700 millones de euros en Libia, según Takla, y están preparándose para volver.