Estambul. Al estilo del Consejo Nacional de Transición libio, varios representantes de la oposición siria anunciaron ayer el inicio de los trabajos para unificar a todas las corrientes bajo un Consejo Nacional Sirio (CNS) que dirija la revuelta contra el régimen de Bashar al Assad y se haga cargo del gobierno tras una eventual caída del presidente. Así lo anunciaron en una rueda de prensa en un hotel de Estambul tras cuatro días de negociaciones entre las diversas facciones, personificadas por 60 delegados de la oposición en el exterior, entre representantes de los Hermanos Musulmanes y de los partidos laicos, así como de la población kurda y las tribus árabes. Incluso participaron disidentes de la minoría religiosa alauí-nusayrí, a la que pertenece la familia Al Assad así como la elite política y militar de la república árabe. "La diferencia entre las anteriores reuniones y esta es que en aquellas solo decidimos mostrar nuestro apoyo a la revuelta contra Al Assad, mientras que en esta hemos decidido juntar a todas las fracciones de la oposición bajo el mismo paraguas", explicó a Efe Khaleed Khoja, uno de los integrantes del comité preparatorio del CNS.

Los trabajos del comité, formado por 30 personas, continuarán en las próximas semanas, y está previsto que en quince días sea anunciada oficialmente la puesta en marcha del planeado consejo en un nuevo encuentro en Estambul, en el que también participarían miembros de la oposición en el interior. "Debido a la situación en Siria, para ellos es difícil organizarse. Pero, de un modo u otro, lograrán elegir a sus líderes", aseguró Khoja. De acuerdo a este disidente, la oposición en el interior, con la que están en contacto, les ha transmitido su apoyo a la creación del CNS. "Nuestro objetivo es crear una hoja de ruta que presentar a la comunidad internacional sobre cómo llenar el vacío de poder que dejará el régimen de Al Assad cuando se vaya", dijo.

Desconfianza Respecto a la entrevista en la televisión siria que ofreció el lunes el presidente sirio en la que prometió "una cesta de reformas", incluidas unas elecciones multipartidistas y una amplia reforma de la Constitución, los opositores reafirmaron su desconfianza. Y es que nadie da credibilidad alguna a las palabras de Al Assad. Después de cada declaración de buenas intenciones que hace continúan la represión y las muertes. De hecho, tras la promesa de reformas del lunes, fuerzas leales al régimen atacaron la tarde de ayer una zona de campo cercana a la localidad de Hama, y mataron a cinco personas. "Con Bashar Al Assad no hay posibilidad de diálogo. Queremos que abandone el poder", exigió Khoja. El disidente sirio reconoció que los opositores mantienen continuos contactos con "diversos líderes de la comunidad internacional" y subrayó la necesidad de que el resto de países "presione a Al Assad y le imponga más sanciones" para facilitar su marcha.

Con todo, los opositores reafirmaron su llamamiento a que la lucha sea pacífica y su rechazo a una intervención militar extranjera como en el caso de Libia. "Nos alegra mucho lo que ha ocurrido en Libia, pero el movimiento libio no es un ejemplo para nosotros. Hemos decidido que no nos armaremos y que nuestra lucha será completamente pacífica", afirmó. Los opositores libios comienzan así a organizarse, pero no a armarse.