rabat. El joven marroquí que intentó suicidarse a lo bonzo en el interior de una comisaría de Policía en la localidad de Berkán, en el noreste del país, murió ayer en un hospital en Casablanca, informó a Efe una fuente de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH). Los hechos ocurrieron el pasado domingo, cuando Hamid El Kanuni, de 27 años, se dirigió a la comisaría de Policía de Berkán y se prendió fuego en protesta por una denuncia que se le había impuesto y por la que estaba siendo juzgado.

La AMDH explicó que el joven fue denunciado por un panadero por vender ilegalmente pan frente a su establecimiento.

Tras lo ocurrido, El Kanuni, que sufrió quemaduras de tercer grado, fue trasladado de urgencia al hospital de Ibn Roshd en Casablanca.

Se trata de la tercera persona que muere en Marruecos en los últimos meses tras quemarse a lo bonzo.

La última fallecida fue Fadua Larui, de 26 años, que en febrero se prendió fuego en la ciudad marroquí de Suk Sebt, situada en el interior del país, después de que le fuese denegada una vivienda social que había solicitado.

Estas protestas a lo "bonzo" en Marruecos se registraron después de que un joven se prendiese fuego en Túnez y desencadenase las revueltas que pusieron fin al régimen del presidente Zine Abidine Ben Alí y movimientos de rebelión en otros países árabes.

apoyo al rey El rey Mohamed VI recibía ayer un importante apoyo ya que el líder de los salafistas (islamistas radicales) marroquíes, Mohamed Fizazi, excarcelado el pasado abril tras ocho años en prisión, expresó su fidelidad a la monarquía marroquí y al papel del rey como "comendador de los creyentes". En una entrevista con el diario Le Soir, Fizazi, que había sido condenado a 30 años por su supuesta conexión con los atentados terroristas de Casablanca de 2003, insiste en que su movimiento "rechaza toda laicidad del Estado".

Fizazi hace en la entrevista una defensa cerrada de la institución monárquica: "Defendemos la monarquía más de lo que lo hace la monarquía misma, y también defendemos, entre otras cosas, su papel de comendador de los creyentes, verdadera espina dorsal de nuestra unión y nuestra cohesión como sociedad musulmana".