Lodwar (Kenia). Las agencias de ayuda humanitaria no consiguen paliar la hambruna que ha provocado la sequía del Cuerno de África en las zonas más rurales de la región de Turkana, en el noroeste de Kenia, donde gran parte de la población se alimenta únicamente de frutos silvestres desde hace meses. Es el caso de la localidad de Kalokutanyang, en Turkana Central, donde desde hace meses el engol, de textura y consistencia similares a las de la madera, es la base de la dieta de sus habitantes, que tienen que caminar hasta tres kilómetros para encontrarlo en las orillas del río más cercano.
Los lugareños también tratan de calmar el hambre con el fruto edapal, que recogen de pequeños arbustos en las cercanías del poblado pero que deben hervir durante un mínimo de 12 horas y drenar numerosas veces para eliminar su intenso sabor amargo.
La sequía afecta a la zona hasta el punto de que el colegio de educación primaria Nasiger, a escasos kilómetros de Kulokutanyang, tiene ahora un 25% menos de alumnos que a finales del año pasado. Según el director del centro educativo, Nguna Losuwat, numerosas familias de la zona están migrando hacia áreas menos áridas para poder alimentar al ganado del que subsisten, y los 150 alumnos que aún están inscritos en la escuela muchas veces no pueden acudir a las clases, puesto que deben ocuparse de los animales. "La mayoría de los niños no vienen diariamente al colegio cuando hay sequía, porque tienen que llevar el ganado a sitios lejanos para que puedan pastar o andar varios kilómetros para ir a por agua", dijo una de las profesoras del centro, Christine Tukei. "A veces los niños tienen que caminar hasta 5 kilómetros en busca de agua hasta llegar a Napeitanit, único lugar donde tienen garantizado que la encontrarán, y los de 10 u 11 años transportan hasta 10 litros en un solo viaje", apunta el director del colegio.
"Los pocos niños que van a la escuela suelen estar muy débiles, su capacidad de concentración se reduce visiblemente y reaccionan con lentitud", detalla Losuwat. "Además -asegura el director-, los frutos silvestres que comen les dan fuertes dolores abdominales, porque lo toman durante demasiado tiempo y esto hace que su sistema digestivo se bloquee. Pero, por otra parte, si no comen los frutos, pueden morir".