El Cairo/Damasco/Beirut. El presidente de Siria, Bashar Al Assad, abogó ayer por continuar con la represión mortal de los que calificó como "bandidos" que atacan el Ejército sirio. En la acción del Ejército en dos ciudades del país han muerto 47 personas en las últimas horas, según los activistas.

"Hacer frente a los bandidos es deber del Estados para proteger la seguridad y las vidas de los ciudadanos", dijo Al Assad tras reunirse en Damasco con el ministro libanés del Exterior, Adnan Mansour, según le cita la agencia oficial de noticias siria SANA. El funcionario libanés, según SANA, "se negó categóricamente a todo intento extranjero de interferir" en los asuntos sirios.

El gobierno de Al Assad se encuentra bajo una fuerte presión internacional por la represión de las protestas prodemocráticas. En la ciudad de Deir al Zor murieron 38 civiles en una acción a gran escala del Ejército, según los Comités de Coordinación Local de Siria quienes señalaron además que las fuerzas de seguridad cerraron los hospitales en esta ciudad del noroeste del país y los heridos están siendo atendidos en las mezquitas.

Un activista sirio que pidió ser identificado como Rami dijo a la agencia de noticias Dpa que unos 200 tanques entraron en la madrugada de ayer en la ciudad y que se estaba bombardeando el lugar.

Por otro lado, nueve personas, inclusive un niño, murieron durante el operativo militar en el área de al-Hula, cerca de la ciudad de Homs, otro de los bastiones de las protestas contra el régimen del presidente sirio que comenzaron a mediados de marzo. "La gente asesinada y los heridos no pueden ser evacuados debido al bombardeo continuo", dijo el activista Mohamed al Homsi, en declaraciones al canal de televisión Al Jazeera.

Condenas La asesora del presidente sirio Buthaina Shaban criticó la reacción de Turquía ante la situación en su país. El primer ministro turco Recep Tayib Erdogan dijo el sábado que la paciencia se estaba agotando y anunció que su ministro del Exterior Ahmed Davutoglu viajará el martes a Damasco para "transmitir mensajes críticos" a las las autoridades sirias, según informaba ayer el dominical turco Zaman.

El secretario general de la Liga Árabe, Nabil el Arabi, también pidió ayer a las autoridades sirias que se acabe con todos los actos de violencia y con las ofensivas militares para así evitar el derramamiento de sangre de civiles.

En un comunicado, Al Arabi condenó por primera vez la represión de las fuerzas de seguridad sirias de las protestas contra el régimen al Assad, que se ha recrudecido desde el inicio del mes de ramadán (Agosto). Más de 1.650 personas y unos 390 integrantes de las fuerzas de seguridad han muerto en Siria desde que las manifestaciones para pedir reformas democráticas comenzaran a mediados de marzo, según grupos de derechos humanos locales. Unos 5.000 sirios han huido desde entonces.