Oslo. Una comisión independiente analizará todo lo relacionado con los atentados del pasado 22 de julio en Oslo y en la isla de Utoya, incluida la criticada actuación de la Policía que, según los medios de comunicación, podría haber evitado alguna de las 76 muertes de haberse movilizado con más celeridad. Así lo anunció ayer el primer ministro de Noruega, Jens Stoltenberg, para quien la prioridad "es clarificar todos los aspectos de los ataques para extraer lecciones de lo ocurrido". El mandatario laborista reiteró su llamada a la entereza, convencido de que Noruega "no se dejará doblegar" por el doble atentado y prometió analizar la criticada reacción de la policía.
Lo prioritario ante la "tragedia nacional" abatida sobre el país es "confortar y asistir" a las víctimas, afirmó el jefe del Gobierno socialdemócrata, en una comparecencia ante medios extranjeros. Después, se procederá a "analizar en profundidad la reacción de las fuerzas de seguridad ante la crisis", garantizó.
Stoltenberg salió así al paso a las crecientes críticas sobre la actuación de la Policía que van desde recortes de partidas presupuestarias -que habrían impedido el uso de un helicóptero para detener antes a Anders Behring Breivik- o fallos de coordinación, así como las penosas correcciones en el número de víctimas, puesto que algunos cadáveres se contaron dos veces.
Frente a esa situación, y mientras desde su gobierno se sigue respaldando la acción policial, Stoltenberg apeló a un regreso a la normalidad, ya que la respuesta de Noruega a la "brutal violencia" seguirá siendo la defensa de "la libertad, la apertura, la tolerancia y la democracia". Tras agradecer las muestras de solidaridad "llegadas de todas partes del mundo y "de cada esquina de nuestro país", el primer ministro añadió que el desafío en estos momentos de "inconmensurable dolor" es encontrar un camino "entre la tristeza y la esperanza".