Londres. El magnate de medios de comunicación Rupert Murdoch, llegó ayer a Londres para intentar resolver la crisis de las escuchas ilegales que ha provocado el cierre de su periódico News of the World y que amenaza con derrumbar su imperio.
El multimillonario de 80 años se desplazó a las oficinas, en el este de Londres, de News International, la división británica de su conglomerado empresarial News Corporation, y sede también del tabloide sensacionalista News of the World, que ayer sacó su edición final.
Murdoch, que fue fotografiado a su llegada en coche con un ejemplar del popular dominical en la mano, estuvo allí varias horas y después se trasladó a otro lugar para, presuntamente, reunirse con Rebekah Brooks, consejera delegada de News Internacional y directora del News of the World en la época de las escuchas, de quien muchos políticos han pedido la dimisión.
El magnate, que hasta ahora ha defendido a la polémica Brooks, viajó al Reino Unido para asumir la gestión de una crisis que pone en peligro sus intereses empresariales, especialmente su oferta de compra por el 100% de la televisión de pago BSkyB, que ahora ha quedado postergada. El líder de la oposición laborista, Ed Miliband, ha pedido al primer ministro, David Cameron, que no permita que esa OPA salga adelante hasta que no se resuelva el caso de las escuchas, bajo amenaza de forzar un voto al respecto en el Parlamento.
Murdoch intentó zanjar la polémica por las escuchas ilegales con la repentina clausura, anunciada el jueves, del News of the World, varios de cuyos periodistas han sido detenidos, y liberados bajo fianza, por haber pinchado supuestamente teléfonos de famosos para obtener exclusivas.
Por lo que parece, el cierre del News of the World no ha sido suficiente para restablecer la reputación del imperio de Murdoch, ya que en las últimas horas se ha sabido también que News International ocultó información inculpatoria sobre el caso de las escuchas al retener, desde 2007, unos correos electrónicos sensibles que no entregó a la Policía hasta el pasado 20 de junio.
La cadena pública BBC ha asegurado que unos 300 emails que podrían ser prueba de delitos cometidos en el seno del periódico, estuvieron durante años en posesión del bufete legal Harbottle & Lewis, que debía investigarlos, y fue William Lewis, director general de News International, contratado en julio de 2010 para encabezar una investigación interna, quien recuperó esos mensajes de la firma de abogados.
Esas comunicaciones parecen indicar, según la BBC, que Andy Coulson autorizó pagos a la Policía a cambio de información y que la práctica de pinchar teléfonos para obtener exclusivas estaba extendida y no se limitaba a algunos periodistas, como lo ha venido manteniendo News International durante años, desde el encarcelamiento en 2007 de su corresponsal de realeza, Clive Goodman.
Y mientras Murdoch intenta salvar la cara de sus negocios, el Reino Unido perdió ayer uno de sus periódicos más antiguos, el News of the World, fundado en el 1843 y emblema de la prensa amarilla del país, que se despidió de sus lectores con un tirada doble de cinco millones de ejemplares.