madrid. Treinta y cinco activistas españoles pusieron ayer rumbo a un puerto del Mediterráneo para participar en la Segunda Flotilla de la Libertad que pretende romper el bloqueo sobre la Franja de Gaza llevando al territorio vía marítima cemento, materiales educativos y sanitarios.
Los activistas iban saliendo a lo largo de la jornada en distintos vuelos, pero una quincena de ellos se despidió de la prensa en la terminal 2 del aeropuerto de Madrid Barajas. Aunque los organizadores no quieren revelar el puerto de salida, otros activistas internacionales se están reuniendo en Atenas. En Grecia ya espera almacenada la ayuda humanitaria que los españoles aportan a la flotilla.
Entre los participantes españoles estaba Manuel Espinar, cuyo hijo fue detenido el año pasado por las autoridades israelíes en la primera Flotilla de la Libertad. Espinar defendió la necesidad de acabar con un bloqueo "ilegal" que "no avala ninguna resolución de Naciones Unidas" porque "Europa no puede seguir pagando" la ayuda humanitaria a este territorio para que Israel "destruya" luego.
Con el dinero que han recaudado de donaciones privadas, y que asciende a unos 350.000 euros, la plataforma Rumbo a Gaza ha comprado y acondicionado un barco de pasajeros al que ha bautizado con el nombre de Gernika y en el que se embarcarán medio centenar de ciudadanos españoles, entre los que figura el actor Willy Toledo, el eurodiputado de IU Willy Meyer, la diputada de IU en las Cortes Valencianas Marina Albiol y la directora de teatro y exdiputada socialista en la Asamblea de Madrid María Ángeles Lezcano. Los españoles llevarán también a Gaza -en otro barco carguero- material educativo y sanitario que han recibido de donaciones particulares y cemento que comprarán con el dinero recaudado en una de sus campañas. Los organizadores estiman que el valor de toda la ayuda asciende a unos 600.000 euros.
El Gernika se unirá a otra docena de barcos que aportarán ciudadanos de Grecia, Francia, Suiza, Alemania, Suecia, Irlanda, Países Bajos, EEUU y Canadá, según informa Rumbo a Gaza, que destaca que hasta la fecha los gobiernos que mejor postura han demostrado ante esta iniciativa son los ejecutivos sueco y griego, el primero por acceder a inspeccionar la carga que llevará un barco con ciudadanos de esa nacionalidad y el segundo por apoyar la iniciativa.
El Gobierno español no respalda la iniciativa e incluso ha desaconsejado a los ciudadanos españoles que participen en ella por considerarla peligrosa. El año pasado, los enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas israelíes y los activistas se saldaron con nueve muertos.
Laura Arau, que ya participó en la primera flotilla a Gaza hace un año y repetirá, tildó de "inmoral" la postura del Ministerio español de Asuntos Exteriores y de Cooperación. "¿Qué tipo de Gobierno tenemos que recomienda no ir en una acción que no sólo es legal sino moral y que es lo que ellos deberían estar haciendo?", se preguntó.
Espinar aseguró que si Israel intenta parar violentamente la flotilla como el año pasado, los activistas han planeado toda una estrategia de "resistencia pacífica" y advirtió al Gobierno español de que si no interviene para protegerles "lo va a pagar".