bruselas. Estados Unidos y la OTAN aseguraron que no van a emprender una retirada apresurada de las tropas de Afganistán cuando se inicie el próximo mes la transición en el país centroasiático con la repatriación de los primeros contingentes."No habrá una carrera hacia la salida", dijeron el secretario de Defensa de EEUU, Robert Gates, y el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen con las mismas palabras tras participar en una reunión ministerial de la OTAN.
El New York Times afirmó esta semana que el nuevo equipo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca estudia una reducción más pronunciada de las tropas estadounidenses que los iniciales 3.000 a 5.000 soldados, con la justificación de los costes de la guerra y la muerte del líder de la red terrorista Al Qaeda, Osama bin Laden.
transición ordenada Gates advirtió de que los progresos militares "sustanciales" que se han logrado sobre el terreno podrían verse amenazados si la comunidad internacional no efectúa un traspaso de las competencias de seguridad a las autoridades afganas de forma organizada y coordinada. El jefe del Pentágono hizo esta promesa y advertencia a la espera de que el presidente Barack Obama anuncie próximamente cuántos soldados estadounidenses comenzarán a regresar y a qué ritmo.
En la actualidad se encuentran en Afganistán cerca de 100.000 soldados estadounidenses, cuya marcha, según los planes de la Casa Blanca, comenzará el mes próximo y debería completarse en 2014.
"Incluso cuando EEUU inicie la retirada el próximo mes, he asegurado a mis colegas de que no habrá una carrera hacia la salida por nuestra parte y esperamos lo mismo de nuestros aliados", dijo Gates.
Rasmussen había asegurado apenas media hora antes que la Alianza no abandonará apresuradamente el estado centroasiático y que los países que integran la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) "seguirán comprometidos" con la campaña.
En julio, los afganos se harán cargo de la seguridad en siete provincias y distritos, que representan el 25% de la población. "Eso es un paso importante hacia la transición y confío en que se pueda completar hasta finales de 2014", afirmó Rasmussen, quien se mostró convencido de que el regreso gradual de las tropas estadounidenses no dependerá del calendario, sino de la situación en suelo afgano. "Confío y sé que la decisión estadounidense se basará en las condiciones de seguridad sobre el terreno y que no impactará negativamente en la seguridad", agregó.
Gates, quien se retira a finales de este mes, afirmó que la muerte de Bin Laden no ha tenido aún un impacto sobre el terreno en Afganistán, pero sí podría influir positivamente en el proceso afgano de reconciliación con los talibán, porque EEUU cortó con su operación la estrecha relación personal que mantuvo el líder de Al Qaeda con el líder talibán afgano, el mulá Omar.