LA HAYA. Durante su primera comparecencia ante el Tribunal de La Haya, y tras la lectura de un resumen de las acusaciones, Mladic anunció ante el juez que necesitaría "más de un mes" para pronunciarse sobre los "desagradables" y "monstruosos" cargos que se le imputan. En consecuencia, el magistrado le ha concedido un mes para estudiar los cargos y declararse culpable o incente.
La vista comenzó a las diez de la mañana, hora local y española. "Soy el general Mladic", respondió el ex militar ante el juez holandés, con voz tranquila y vestido con chaqueta, camisa oscura y corbata.
A la pregunta de Orie de si había recibido el acta de acusación en su "propio idioma" y si la había leído, Mladic respondió: "Soy un hombre gravemente enfermo y necesito algún tiempo para pensar". "No sé cuáles son los cargos, necesitaré dos meses para leerlos", agregó.
Asimismo, Mladic, en un tono de voz lento y cansino, declaró que no quería oír "una sola palabra" de las acusaciones, pese a lo cual se ha visto obligado a escuchar, en boca del magistrado, la lectura de un resumen de las acusaciones, que incluyen delitos como genocidio, persecución, deportaciones masivas y homicidios.
En el momento concreto en que el juez leía la parte correspondiente a la matanza de Srebrenica, Mladic negó con la cabeza. La cadena de televisión Al Yazira ha mostrado, simultáneamente, a varias madres de las víctimas de la matanza de Srebrenica observando, visiblemente emocionadas, la comparecencia de Mladic.
Después fijar la fecha de la próxima vista, el juez Orie ha concedido un receso de diez minutos, tras el cual ha dado a Mladic la posibilidad de hablar en público o en privado si lo que quería era plantear al tribunal alguna cuestión sobre su salud. Mladic ha hecho gestos de aplaudir la propuesta del magistrado y ha tomado la palabra para pedir que se le permitiera hablar en privado, por lo que el TPIY ha suspendido la imagen de la vista a la prensa.
Ratko Mladic, antiguo comandante militar de los serbo-bosnios durante la guerra de Bosnia, fue detenido el pasado 26 de mayo en la localidad de Lazarevu, en la región serbia de la Voivodina (norte), después de 16 años huido de la justicia, y fue extraditado a La Haya y encercelado en el centro de detención de Scheveningen el pasado 31 de mayo.
El ex militar serbo-bosnio sido acusado por el TPIY de once cargos por genocidio, crímenes de guerra y crímenes contra la Humanidad en relación con el conflicto de Bosnia y Herzegovina (1992-1995). Concretamente, se enfrentará a dos cargos de genocidio por su presunta implicación directa en la muerte de cerca de 8.000 varones bosniaco-musulmanes de todas las edades en el enclave bosnio de Srebrenica, en julio de 1995.
También ha sido acusado de genocidio por hechos sucedidos entre mayo de 1992 y mayo de 1993 en las ciudades de Zvornik, Vlasenica y Visegrad, en el este de Bosnia, y en la llamada 'Krajina' bosnia, en Prijedor y Kljuc, y ha sido imputado de crímenes de guerra y contra la Humanidad por, entre otros hechos, los actos de terror cometidos contra los civiles durante los 43 meses que duró el asedio de Sarajevo.