Taiz. La oposición yemení acusó ayer al presidente Ali Abdalá Salé de obstaculizar la iniciativa de los países del golfo Pérsico para superar la crisis política y dijo que el gobernante está haciendo "maniobras" para no asumir los compromisos que había aceptado.

Salé, cuya salida del poder está pidiendo desde hace tres meses la oposición yemení en una serie de protestas que han causado más de un centenar de muertos, tenía que haber firmado el sábado una propuesta para una transferencia pacífica del poder.

El plan fue diseñado por el Consejo General del Golfo (CCG) y lo habían aceptado la oposición, el partido gobernante y Salé, pero el jefe de Estado se negó el sábado a firmar la propuesta en Saná, como estaba previsto.

Una vez dado ese paso, el plan iba a ser suscrito ayer mismo en Riad por dirigentes del partido gobernante y representantes de la oposición, pero no se llevó a cabo.

La alianza opositora, Encuentro Compartido, liderada por el partido Islah Islámico (reforma islámica), acusó a Salé de no firmar la iniciativa "para ganar tiempo" y lamentó la decisión del gobernante, que según ella "llevará al país a una gran guerra sectaria".

El pacto establece que Salé, jefe de Estado de Yemen desde la reunificación entre el norte y el sur, en 1990, traspase al poder al vicepresidente en el plazo de un mes después de la firma del convenio, y fija también la convocatoria de elecciones presidenciales y parlamentarias dos meses después. También incluye la inmunidad para el presidente, sus parientes directos y altos representantes de su régimen.

Fuentes del Gobierno dijeron ayer que Salé está dispuesto a firmar el plan para transferir el poder, pero no en calidad de jefe de Estado, sino como presidente del partido gobernante, el Congreso General del Pueblo. "El presidente expresó el deseo oficial de no firmar el acuerdo en Riad, porque no desea abandonar el país debido a las circunstancias que tienen lugar en Yemen", agregó la misma fuente.