parís. El ministro del Interior francés, Claude Guéant, confirmó que el atentado del pasado jueves en Marraquech en el que murieron 15 personas, siete de ellos turistas franceses, fue perpetrado con una bomba detonada por control remoto, y no por un terrorista suicida, como se especuló en un primer momento.
"Al contrario de lo que se ha dicho anteriormente, no había ningún suicida", afirmó Guéant en una entrevista publicada ayer por el semanario Le Journal du Dimanche. "Alguien dejó una bolsa en el suelo y la bomba fue detonada por control remoto", dijo.
El ministro confirmó que siete de los fallecidos eran de nacionalidad francesa, pero descartó que Francia fuera el objetivo concreto del atentado. "He hablado con mi colega marroquí, que me ha explicado que la identifiación (de los cadáveres) está siendo difícil debido a que están muy dañados", dijo. "El balance es hasta ahora de 15 muertos, siete de ellos franceses, y unos diez heridos, dos de ellos de gravedad", indicó.
Al ser interrogado directamente por si Francia era el objetivo, Guéant dijo que "nada permite afirmarlo". Sin embargo, reconoció que los responsables del atentado eran conocedores de la popularidad de Marraquech entre los turistas franceses.
El artefacto contenía clavos, nitrato de amonio y un explosivo llamado TATP también utilizado en los atentados contra el metro de París de 1995, señaló Guéant.
visita del monarca Por su parte, el rey Mohamed VI de Marruecos visitó ayer la cafetería Argana en la plaza Yemá el Fna de Marraquech, escenario del atentado. El monarca caminó durante algo menos de diez minutos por la terraza del café Argana, desde donde saludó a miles de marroquíes y turistas que se concentraban en la plaza. Tras examinar el lugar acompañado de otras autoridades, Mohamed VI descendió a la plaza y paseó unos instantes por ella saludando a los congregados.
Después de visitar el lugar del atentado, el soberano, acompañado por su primo Mulay Ismail, acudió al hospital Ibn Tofail y al Hospital Militar Avicena de la llamada "ciudad ocre", donde están ingresados varios de los heridos. Siete heridos están hospitalizados en Ibn Tofail, mientras que otros cinco continúan ingresados en el Avicena.
El atentado contra la cafetería Argana fue el acto terrorista más sangriento que vive Marruecos desde los atentados suicida del 16 de mayo de 2003 en Casablanca, en los que murieron 45 personas, de ellas cinco españoles.