Bruselas. La OTAN aseguró ayer que el líder libio, Muamar el Gadafi, no era el objetivo del ataque lanzado contra un edificio del complejo donde reside y subrayó que las bombas aliadas tenían como fin destruir un centro desde el que se organizaban ataques contra la población civil. "Esto no trata de individuos o de cambiar el régimen, se trata de poner fin a la violencia contra los civiles", explicó en una videoconferencia desde Nápoles (Italia) el teniente general canadiense Charles Bouchard, jefe de la misión en Libia. Bouchard aseguró que el objetivo del bombardeo llevado a cabo el lunes era un centro de "comando y control", situado en el complejo residencial de Bab Al Aziziya y desde el que se daban "órdenes a las tropas para atacar a la población civil".

Según una fuente aliada, la organización tenía "pruebas" de que el lugar era utilizado para "orquestar ataques contra civiles".

El militar canadiense confirmó que Gadafi no se encontraba en el edificio en el momento del ataque, recordando que poco después se le pudo ver por televisión, y subrayó que el mandato de la misión aliada es "claro" y se limita a "proteger a la población" y "poner fin a la violencia".

Bouchard garantizó además que todo ataque llevado a cabo por los aviones de la Alianza ha sido "legal" dentro del marco aprobado por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y aseguró que la OTAN seguirá atacando centros de comando de ese tipo mientras allí se ordenen agresiones contra la población libia.

El responsable de la operación aliada volvió a acusar ayer a las fuerzas pro-Gadafi de "utilizar la violencia contra hombres, mujeres y niños" y de utilizar a civiles como escudos humanos.

Sin embargo, lanzó un mensaje de optimismo, asegurando que por ejemplo los rebeldes han logrado progresos en la ciudad clave de Misrata -a pesar de seguir recibiendo ataques "indiscriminados" del régimen- y que siguen registrándose deserciones en las filas del dictador. Además, dio la bienvenida a la decisión de Italia de comenzar a participar en los ataques sobre objetivos terrestres, que servirán para reforzar la capacidad ofensiva de la OTAN. De todos modos, insistió en que el conflicto en el país no puede tener una solución únicamente militar y que son necesarias vías políticas y diplomáticas. Además, los países de la OTAN están estudiando la posibilidad de reforzar sus contactos con los rebeldes libios nombrando a un representante civil en la ciudad de Bengasi, el principal bastión de la oposición a Muamar el Gadafi, según dijo ayer la portavoz de la Alianza Carmen Romero. "Es una discusión en curso", señaló Romero, quien recordó que la organización ya ha mantenido contactos recientemente con el Consejo Nacional de Transición (CNT) para discutir la operación aliada en Libia y "posibles resoluciones políticas".

El posible nombramiento será tratado, a priori, en la reunión que celebran mañana en Bruselas los embajadores de la OTAN, un encuentro en el que deben acordar por unanimidad cualquier iniciativa de este tipo.