La Habana. El presidente de Cuba, Raúl Castro, inauguró el VI Congreso del Partido Comunista con un discurso muy crítico con la organización, en el que planteó la limitación de mandatos de los principales cargos políticos y estatales del país a un máximo de dos periodos consecutivos de cinco años. Además, aprovechó para denunciar que el bloqueo de EEUU se ha intensificado desde la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca.
Casi dos horas y media empleó el general Castro para presentar el informe central del cónclave, en una intervención donde advirtió a los 997 delegados del PCC que lo que se apruebe en este Congreso "no puede sufrir la misma suerte que los acuerdos de los anteriores, casi todos olvidados sin haberse cumplido".
"Se me cae la cara de vergüenza de tener que confesarlo públicamente en este Congreso", llegó a decir el segundo secretario del PCC, quien reclamó una "severa autocrítica" al partido porque "lo único" que puede hacer fracasar a la revolución y al socialismo es "la incapacidad para superar los errores" que se han cometido durante más de cincuenta años.
Exhortó a los dirigentes a "desterrar el inmovilismo fundamentado en dogmas y consignas vacías", dejar de lado el "formalismo y la fanfarria en las ideas y las acciones" y "despojar para siempre al partido de todas las funciones no propias de su carácter", diferenciando su papel de el del Gobierno.
Criticó especialmente la política de cuadros, advirtió que los dirigentes no surgen del "amiguismo favorecedor" y tachó de "errónea" la exigencia "tácita" de tener que militar en el Partido Comunista Cubano o su filial juvenil para desempeñar un cargo de dirección.
Pero la mayor sorpresa de su discurso llegó cuando planteó la limitación de los mandatos de cargos políticos y estatales "fundamentales" a un máximo de dos periodos consecutivos de cinco años cada uno.
"Es posible y necesario en las actuales circunstancias, bien distintas a las de las primeras décadas de la Revolución, aún no consolidada y por demás sometida a constantes amenazas y agresiones", explicó.
relevo generacional También mencionó la necesidad de preparar el relevo generacional ante un Congreso comunista llamado a ser el último de los dirigentes históricos de la revolución. "Afrontamos las consecuencias de no contar con una reserva de sustitutos debidamente preparados con suficiente experiencia y madurez para asumir las nuevas y complejas tareas de dirección en el Partido, el Estado y el Gobierno", destacó.
Exhortó a garantizar "el rejuvenecimiento sistemático en toda la cadena de cargos administrativos y partidistas, desde la base hasta los compañeros que ocupan las principales responsabilidades, sin excluir al actual presidente de los consejos del estado y de ministros y al primer secretario del comité central que resulte electo en este congreso". Raúl Castro hizo estas consideraciones ante un Congreso que deberá ratificar el plan de reformas que su Gobierno impulsa para actualizar el modelo socialista y superar la aguda depresión que arrastra. Por otra parte, Castro denunció que el bloqueo de EEUU contra Cuba se ha intensificado bajo la presidencia de Barack Obama, a pesar de algunas medidas "positivas, pero sumamente limitadas".
Castro afirmó que la actual presidencia estadounidense "no ha cambiado su política tradicional dirigida a desacreditar y derrocar a la Revolución (...)". "Por el contrario, ha continuado la financiación de proyectos para promover directamente la subversión, provocar la desestabilización e interferir en nuestros asuntos internos", agregó. En particular, dijo que esa política que Washington aplica contra la isla desde 1962, se ha incrementado "en las transacciones bancarias, ignorando la condena casi unánime de la comunidad internacional, que se ha venido pronunciando crecientemente por su eliminación durante 19 años consecutivos".
Además, el presidente de Cuba señaló que la excarcelación de presos políticos, a los que se ha referido como contrarrevolucionarios, "favorece a la unidad de la nación". "Por decisión soberana de nuestro Gobierno (los presos) fueron liberados, sin haber cumplido totalmente sus sanciones. Pudimos hacerlo de manera directa y atribuirnos el mérito cierto de que lo decidíamos considerando la fortaleza de la Revolución, sin embargo lo efectuamos en el marco de un diálogo de respeto mutuo, lealtad y transparencia con la alta jerarquía de la iglesia católica", indicó el mandatario cubano.