Madrid/El Cairo. El expresidente egipcio Hosni Mubarak y su familia fueron puestos bajo arresto domiciliario, según informó ayer el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que gobierna el país desde que el mandatario presentó su dimisión el pasado 11 de febrero tras semanas de manifestaciones multitudinarias en su contra.

Con su comunicado, del que se hizo eco el diario Ahram en su edición electrónica, el Ejército busca poner fin a los rumores que apuntaban a que el presidente y su familia se habían trasladado a Arabia Saudí. Tras su dimisión, Mubarak fue con su familia a su residencia en Sharm el Sheij, en el mar Rojo.

Por otra parte, el Consejo Supremo del Ejército anunció ayer que las elecciones parlamentarias se celebrarán el próximo septiembre y definió el nuevo marco legal que regulará la formación de los partidos políticos. Además, antes de la cita electoral se levantará el estado de emergencia, en vigor desde 1981 tras el asesinato del presidente Anwar el Sadat.

Aunque también habrá elecciones presidenciales, después de la legislativas, todavía no hay una fecha para esa votación, según anunció en rueda de prensa el general Mamduh Shahin, miembro del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas de Egipto.

Los gobernantes militares de Egipto se habían comprometido a dirigir la transición durante seis meses o hasta cuando fueran elegidas las nuevas autoridades, pero es la primera vez que se anuncia oficialmente en qué mes se celebrarán los nuevos comicios.

Shahin, sin embargo, no dio la fecha precisa en la que se celebrarán esos comicios, los primeros desde que Hosni Mubarak renunció al poder, el 11 de febrero, después de dieciocho días de revuelta popular. Septiembre era el mes en el que iba a haber elecciones presidenciales en el calendario fijado por el régimen de Mubarak, mientras que los últimos comicios parlamentarios, llenos de denuncias de fraude, fueron el 28 de noviembre y el 5 de diciembre pasados, en dos vueltas.

Mientras, algunas figuras políticas preferían que primero se votara para designar un jefe de Estado que encarrile el proceso de transición, otros dirigentes se inclinaban por dar preferencia a la elección del nuevo Parlamento, del que surja una nueva Constitución.

Los militares dijeron que no ven problemas de que los jóvenes que promovieron la rebelión contra Mugarak formen un partido, siempre que cumplan con los requisitos necesarios.