Berlín. La canciller alemana, Ángela Merkel, atribuyó ayer la histórica derrota de su Unión Demócrata Cristiana (CDU) en el feudo de Baden-Württemberg fundamentalmente al temor a la energía nuclear desatado por el accidente en la central japonesa de Fukushima. El debate sobre la catástrofe atómica "fue claramente un motivo", sostuvo Merkel en un balance de los comicios celebrados el domingo que marcaron la pérdida del estado que los democristianos gobernaban de forma ininterrumpida desde hace 58 años. Se trata del tercer land que pierde la coalición de centroderecha a cargo de Merkel desde que asumió el poder en octubre pasado. "Fue un día doloroso para toda la CDU y marca un antes y un después en la historia del partido", admitió la presidenta de la CDU. Además de perder el bastión de Baden-Württemberg a manos de Verdes y socialdemócratas, los democristianos de Merkel fracasaron por escaso margen en el intento de desbancar a los socialdemócratas del estado de Renania-Palatinado, que también podrá ser dirigido por una coalición de centroizquierda.

una burda maniobra Los comicios del domingo estuvieron dominados por el debate en torno al uso de la energía nuclear a la luz del accidente en la central japonesa de Fukushima, según reconocieron gran parte de los electores al salir de las urnas.

La decisión de prolongar la vida útil de las centrales atómicas alemanas y la marcha atrás dada tras el accidente en Japón fue interpretada por muchos como una mera maniobra electoral. Además de disponer una moratoria de tres meses al plan de ampliación, el gobierno de Berlín ordenó que fueran desconectadas las siete plantas más antiguas y creó una comisión ética encargada de estudiar las implicaciones y los límites del uso de esta energía.

La canciller alemana anunció que mantendrá los planes para revisar el programa atómico teutón y dijo que la seguridad de los reactores es primordial, pero recordó que también lo son el coste de la energía y la garantía del suministro.