TOKIO. Apenas una semana después de que se produjera el terremoto, los niveles de radiación habían ascendido en California, en la costa oeste de Estados Unidos, y el pasado martes ya habían llegado partículas radiactivas a Islandia.

Siguiendo este patrón, fuentes de la CTBTO citadas por Kiodo han indicado que en los próximos días la contaminación procedente de Fukushima llegará a los países europeos y que en un margen de entre dos y tres semanas habrá recorrido todo el globo, aunque sin perjuicio para salud humana.

En referencia a la situación en el país asiático, la comisión, que cuenta con 63 puestos de observación en todo el mundo, ha indicado que en Takasaki, ubicada en la prefectura de Gunma (centro), los niveles de radiactividad todavía son elevados, al tiempo que ha pronosticado que seguirán así durante mucho tiempo.

Los vecinos regionales de Japón han expresado su preocupación por que este desastre perjudique al medio ambiente asiático, no obstante, tanto la Agencia Internacional de la Energía Atómica como la Agencia de Seguridad Nuclear nipona han descartado este extremo.

AGUA NO APTA PARA MENORES La radiactividad en el agua supera los límites legales para su consumoentre menores en las prefecturas japonesas de Tokio, Fukushima,Ibaraki, Chiba, Saitama y Tochigi, según informa la televisión estatalNHK.

En 18 plantas potabilizadoras de estas prefecturas la presencia de yodo radiactivo excede los 100 becquerelios, por debajo de los cuales su consumo es apto para menores. Sin embargo, no supera los 300 becquerelios, el límite establecido para su ingesta en adultos.

Esta sustancia no está presente de forma natural en el agua, por lo que los expertos nucleares sospechan que el viento la ha transportado a estas prefecturas desde la central de Fukushima-1, donde se ha declarado una emergencia nuclear.

Kentaro Murano, profesor de la Universidad de Hosei, ha indicado que es difícil prever la propagación de este material, ya que depende de la dirección en la que sople el viento. Asimismo, ha hecho un llamamiento a la calma, al explicar que es normal que los niveles de radiación varíen con frecuencia.